La mascarilla con la bandera protectora de mi primo Filipo

Por Juan Carlos Castor

04.10.2020

Mi primo Filipo es de Vox. Lleva una mascarilla negra con la bandera de España. Dice que se la pone más que nada por la bandera, porque él no se va a contagiar. Se contagia la chusma, dice, los que no aman a España, los maricones, los viejos, las mujeres y los débiles de carácter. Filipo está en todas las fiestas, le encantan las reuniones con sus colegas en las que pierden el control y salen a la calle a ver qué pillan. Si es una mujer, mejor. Dicen que ellos no violan, que persuaden con fuerza y que ellas se lo buscan con esas tetas y esos morritos, provocando a los machos. Los domingos van a misa y no se pierden bodas ni funerales. En su mente no entra que un bicho llegado de China y que no se ve, pueda elegirle ni a él ni a ninguno de su familia. Las banderitas de las mascarillas y las pulseras les protegen. España y Dios les protegen.  Si hay confinamiento, se lo saltan. Van fumando por la calle y provocando a los que tienen pinta de ser de izquierdas. De su bocaza salen sentencias e improperios contra los que dirigen el gobierno de su país. A esos sí que va a cogerlos el bicho por los huevos, opinan en voz alta. 

Mi primo Filipo trata mal a la gente que considera inferior, una vez dieron una paliza a un hombre bajito y moreno porque pensaban que era peruano. Luego se descojonaban cuando les dijo que era de Almería y que les iba a denunciar a la policía. Le amenazaron y le escupieron: ni se te ocurra, cerdo de mierda, le dijeron riéndose. Desprecian a todas las personas que les sirven, a los que trabajan para ellos, a quienes deben esforzase para ganarse la vida, a los que van en transporte público, a quienes limpian sus mierdas. Filipo se confiesa y queda limpio para seguir cometiendo fechorías. 

Estuvieron en una fiesta esnifando de todo. Se contagiaron de Covid-19, están jodidos pero siguen saliendo a la calle, a los bares, a las fiestuquis. 

Juan Carlos C.