MI QUERIDA ESPAÑA -Un acercamiento al siglo XIX a través de sus crímenes. 9.- Vino, venganza y tabernas.

Por Carlos Muñoz González

15.09.2020

Este caso en un ejemplo del dicho “pagaron justos por pecadores”.

Armas de por medio, antiguas rencillas, vino... en fin, todo un clásico en la criminalística española.

Los hechos sucedieron en la localidad de Valle de Matamoros, provincia de Badajoz, perteneciente a la Comarca Sierra Sureste y Partido Judicial de Jerez de los Caballeros.

“Resultando que en la noche del 11 al 12 de octubre de 1869, estuvieron bebiendo vino en la taberna de Josefa Carrasco, vecina del Valle de Matamoros, Francisco Maluigo Méndez, Manuel Delgado y José Pérez Cumplido, éste último guarda de los olivares de Don Victoriano García, que en tal concepto llevaba una escopeta, la cual tomó el primero con pretexto de llevarla a dichos olivares, y se dirigió a casa de Manuel Sánchez Rodríguez, con quien al parecer tenía resentimientos anteriores.

Resultando que en la indicada puerta, se encontraban el hijo del referido Manuel Sánchez y Antonio Adame, y al ver el además hostil del Maluigo, se tuvo que encerrar el primero, negándose a abrirle a pesar de las reiteradas instancias que le hizo, y el segundo se dirigió a él con además suplicante, haciéndole comprender que no era él la persona que buscaba.

Resultando que Maluigo volvió a la taberna y devolvió la escopeta a Cumplido, diciéndole que era falsa; y éste, para demostrar lo contrario, o porque como dice, observó en él cierta siniestra agitación, la disparó al aire por la ventana y la entregó después a la tabernera para que la guardase, después de lo cual todos volvieron a salir de la taberna, dirigiéndose Cumplido y Delgado a la casa de Sánchez y diciéndoles Maluigo que se retiraba a la suya.

Resultando que trascurrido un rato, y cuando ya la tabernera estaba acostada, llamó a la ventana una persona, a la que según dice desconoció, pidiéndola la escopeta, que le entregó en efecto por un postigo de la misma; que varios testigos vieron después con ella y un frasco de municiones a Francisco Maluigo, y que comprendiendo sus siniestros proyectos, reclamó Cumplido el auxilio del Regidor Antonio González, acompañado de Pedro Méndez, dirigiéndose todos a la casa de Manuel Sánchez.

Resultado que al llegar frente a la puerta del mismo, disparó contra ellos Francisco Maluigo un tiro, cuyos proyectiles causaron a Pérez Cumplido sesenta o setenta heridas de granos de munición que produjeron su muerte a las veinticuatro horas a consecuencia de la gangrena que sobrevino, y otras lesiones a Antonio González y Pedro Méndez, que quedaron completamente curadas a los cuatro días.”

El tal Francisco Maluigo intentó probar que en cierto tiempo había experimentado un acceso de demencia, que se le reproducía cuando se hallaba en estado de embriaguez; pero examinado por dos facultativos, declararon que sus facultades intelectuales estaban íntegras y en perfecta relación con la clase a que pertenecía.

Fue condenado a cadena perpetua con sus accesorias.

Carlos Muñoz González