La otoplastia de Marlon

Por Kimi

30.06.2022

Marlon se compró unos auriculares inalámbricos de la marca Apple, de excelente calidad. Marlon es meticuloso, los saca de la caja, los estudia, los da vueltas, lee las instrucciones, los conecta con su móvil de la misma marca y escucha la primera canción “Kashmir” de Jimmy Page y Robert Plant. Sube el volumen y canturrea. No escucha que varios miembros de su familia le están reclamando atención que Marlon no concede. Le gritan, le mueven el brazo y uno de los auriculares se cae al suelo. Joder, dice. ¡Te llaman por el fijo, que no te enteras! 

Esa noche se queda dormido con los auriculares escuchando un concierto homenaje a Alexandre Desplat. Sueña que escucha el bello tema de Elisa de la película “La forma del agua”. Va caminando por las calles de Singapur bailando con los ojos y mascando un chicle de limón y jengibre de Mercadona. Le para un policía, casi le fusilan porque en este nódulo del comercio mundial está terminantemente prohibido comer o introducir chicles bajo pena de cárcel de un año y 5.500 dólares de multa. Y yo qué sabía, masculla en su descargo y al despertarse espasmodicamente descubre se le ha caído un auricular. Joder. Se pone a buscarlo a tientas por la cama, despierta a su mujer, ¿qué te pasa ahora, Marlon? Nada que se me ha vuelto a caer un auricular y no lo encuentro.

En los días subsiguientes se le volvieron a caer varias veces los auriculares y fue a la casa de su cuñado, Irino, que sabe mucho de casi todo, de vinos y de quesos. Dijo, a ver, a ver. Ya está Marlón, lo que pasa es que tienes el agujero de las orejas muy grande y los auriculares no ajustan bien. Yo te propondría que te los sujetaras incrustando unos bastoncillos de esos que se usan para sacar el cerumen. O unos palillos, si quieres. O unos esparadrapos que sujeten a su vez a unas bolas de algodón…

Marlón no quedó muy conforme con la receta de su cuñado y acudió a la consulta de su amigo, el doctor Ombligo. En efecto, le dijo, tu rango de orejas es bastante curioso, el trago y el antitrago podrían servir como sujeción de los airpods si no fuera porque tienes una concha superior a la normal, espera que te voy a medir con este cartabón que guardo desde el colegio, a ver a ver, una concha normal suele medir 1,3 centímetros y las tuyas miden casi dos: con estas conchas es imposible que se sujeten los auriculares. ¿Y qué sugieres, doctor? Una operación sencilla, una otoplastia por la que ampliaremos unos milímetros el pliegue antihelical al tiempo que desplazamos el antitrago de forma ascendente y así tus airpods encajarán perfectamente y no se te volverán a caer. Claro, porque a este paso se me terminan perdiendo y cuestan un pastón. Pues dicho y hecho. El doctor Ombligo encendió su equipo de música y pinchó el tema sublime “Sarveshaam Mantra” interpretado por Deva Premal que ascendió a Marlón a esferas excelsas, volando tanto y tan alto que apenas sintió la obra de arte que el doctor Ombligo estaba operando en sus orejas.

Cuando acabó la canción, el doctor Ombligo le dijo, ya está, prueba ahora con tus airpods. Se los puso, ahora encajaban perfectamente: te voy a pedir un último favor, le dijo Marlon al doctor Ombligo. Para el postoperatorio, ponme otra vez esa música celestial.

Kimi