La llamada para que doña Aurora cambie el recibo de la luz

Por Mila Simboa

29.09.2021

A doña Aurora le llamaron de Endesa para que cambiara de empresa el recibo de la luz:

     - Hola, buenos días, le habla Ariana, ¿con quién tengo gusto?

     - Ay, Ariana, estás hablando con Aurora Pérez de Labriego, aunque mi nombre de casada era Aurora Pérez de Martos y de Labriego. Mi esposo, Darío Martos se murió hace ya cinco años, el pobre, de una neumonía y por un tema de una patente, y me dejó aquí solita aunque tengo una pensión que me alcanza y seis nietos preciosos de mis hijos, Aurorita, Rebeca, Darío y Julio… No te imaginas el revuelo que organizan cuando vienen a casa. El domingo pasado era el cumpleaños de uno de ellos, Dariíto y vinieron todos que en total estábamos quince personas en casa. Tengo seis nietos: Rebequita, Julito, Aurori, Juanito, Poncho y Dariíto, el del cumple. No te imaginas lo bien que lo pasamos. Mi hija Rebeca y su marido Antonio son unos amores preparando cumples, compran de todo, guirnaldas, globos, chuches, una de esas cosas que se cuelgan en el techo y el del cumple pega con un palo hasta que lo rompe y caen mil cosas y bueno, la tarta claro, una tarta preciosa de varios pisos en la que podía leerse: “Feliz cumple, Dariíto”. Cominos, le cantamos, sopló las cinco velitas y en ese momento me llamó al móvil mi amigo Marce el que vive en Puertollano para contarme que había conseguido el fular rojo que vimos en la tienda cuando fuimos a ver a la otra familia que vive en Ciudad Real. ¡Qué ilusión, con lo que yo lo quería, que me había encaprichado con el fular pero resulta que el único que quedaba estaba como comido por una polilla!, se ve que en la tienda no habían echado las bolas esas de naftalina que yo siempre esparzo en los armarios para que no me pase eso precisamente, aunque una vez sí he de decirte que encontré un pulóver que me gustaba bastante como de angorina y estaba el pobre lleno de agujeritos, ¡qué pena me dio, mi pulóver de angorina destrozado por las polillas! Llamé a mi hijo Julio que tiene una empresa de desinfección y le dije, “Julito, tienes que venir a casa pronto y con todo el armamento y desinfectarla de esquina a esquina” y al día siguiente llegó con otro operario y me dejaron la casa limpia y libre de todo tipo de bichos, olía un poco pero mi hijo me dijo que era normal y que no me iba a afectar a la respiración aunque la verdad me dio un poco de fatiga pero al día siguiente encontré dos cucarachitas boca arriba, las pobres, llamé a mi hijo y me dijo que eso era normal y que habrían salido de las cañerías… ¿Cómo has dicho que te llamabas, hija?

     - Soy Ariana, buenos días, le llamo de Endesa, ¿con quién tiene usted el recibo de la luz?

     - Ay, hija, es verdad, Ariana, lo que pasa es que todas las cosas de la casa las lleva Mariano, el marido de mi Rebeca que es abogado y es el que lleva el agua, la luz, los pagos y eso que antes llevaba mi marido, ¿te he contado ya que mi marido trabajaba en una fábrica de chocolates y que fue el inventor del chocolate con galleta? Pues hija, que luego le copiaron al pobre en otra empresa y lo anunciaron por televisión y se cogió un berrinche porque dijo que no lo había registrado en lo de las patentes. Entonces, mi Rebequita, la hija, no la nieta, no se había casado con el abogado y no pudimos ejercer nada, el caso es que ahí empezó el declive de mi Darío, el pobre… ¿Cómo has dicho que te llamabas? ¿Oiga, oiga, no hay nadie?, vaya, ha colgado, con lo maja que parecía.

Mila Simboa