Las flores tienen granitos y punto

Por C. Brandam

19.01.2021

A ver niños, hoy vamos a estudiar el surrealismo literario, una corriente de aire fresco que no nos vendrá mal estos días de realidad alterada: ¿alguien podría decirnos una frase surrealista? A ver, tu, Kimi: “Las flores tienen granitos”, ja, ja, ja, los compañeros se ríen de la ocurrencia. A ver, Kimi, muy bien, amplía la frase con un ejemplo: “Jasmine tiene un granito en Suiza y Petunia tiene un brillo de granito”. Bueno, no está mal aunque un poco traído por los pelos. El surrealismo sitúa realidades extrañas en lugares habituales y, aunque es muy permisivo, no debe caer en la tentación de la mera incongruencia. A mi no me vale la escritura automática, ni unir palabras así como así… Pero, profe, lo que he dicho tiene un sentido: la voluntad de Petunia es dura como una fusión petrea de cuarzo, feldespato y mica, mezcla de magnetismo inflamado y brillitos arcoíris y Jasmine adora todo lo suizo, los relojes, los chocolates, las navajas, los trenes, los quesos y las cuentas opacas… Todo porque está colgada con un actor suizo que sale en una serie y piensa ir a verle, ya le ha dicho a su padre que tendrán que viajar en coche durante 15 horas y 20 minutos para recorrer 1.661,4 kilómetros y eso sin parar a mear...Bueno, bueno, tampoco hay que explicarlo todo, porque deja de ser surrealismo. Está bien, siéntate Kimi. Nos quedamos con que las flores tienen granitos y punto.

C. Brandam