La ex pespunte de Kimi escribe una carta a su amiga Marta

Por Rosi

26.12.2023

Querida amiga, Marta:

He decidido escribirte una carta como hacíamos antiguamente, con sobre, sello y hasta voy a echarla en un buzón de correos.

He estado pensando que durante todas estas navidades no me han tirado ficha ni una sola vez, hija que con eso de que está mal visto que los tíos te digan “¡hoooola!, pues nada, tía y mira que he ido yo mona estas fiestas con el top que me regalaste, el de color oro con la espalda al aire que me estaba congelando, ahh y el rizado de pestañas permanente que me aconsejaste, que paso ya del rímel y de desmaquillarme todas las noches que me entra la crema en los ojos y luego me levanto con conjunti. 

Nada hija desde que el verano pasado lo dejé con el Kimi no he vuelto a conocer a un tío decente, que me diga “miadorada” y…, ¿cómo me llamaba? “pespunte”, “lapicero” y “esquinita”, que tu decías que era cursilón, pero a mí me encantaba. 

Entonces fue cuando me avisaste de que mi Kimi no era tan mío como yo me pensaba, que no me tenía en exclusividad y que era probable que llamara esquinita y esas cosas y otras a otras. Gracias, Marta,  nunca olvidaré que me avisaste de que yo no era la única, que mi Kimi era un picaflori y yo que le miraba con esos ojos de caramelo mientras entreabria mis labios, que me deslizaba sentada, o sea, que me corría de gustito, solo de tenerle a mi lado. Nunca olvidaré aquella tarde del mes de agosto en Barbacana que estábamos nosotras dos tomando un capuchino cuando me dijiste que mi Kimi también tiraba fichas a la Gara, la Tere, la Estela, la Boroncha,  la Lucy y a muchas otras, joder, se me atragantó la espuma del capu y salí corriendo y llorando.

El caso, Martita, es que el otro día, el jueves, fui a llevar un abrigo a la limpieza en seco donde la wash de tu barrio y cuando iba a aparcar mi coche me pareció ver a mi Kimi entrando en el portal de tu casa, ¡qué casualidad!, ¿dónde iría? 

Entonces, por curiosidad, decidí esperar a ver qué pasaba y, mirando por la ventanilla de mi coche, os vi a los dos en la ventana de tu casa, que os estabais riendo y besando.

Creo que somos amigas de toda la vida, Marta. O, mejor, creo que éramos amigas: ¿qué le dijiste tú de mi a mi Kimi, cacho puta?

Rosi