Muerta la línea

Por Bretón

26.03.2021

Si te creías interesante y ahora piensas que eras un tonto, a lo mejor eres un tonto ahora que te crees interesante. Volví a releer el texto escrito hace años sobre los cambios que, con el paso del tiempo, experimentamos en la valoración de nuestras creaciones. Nos reconocemos, nos extrañamos, nos avergonzamos, nos reconforta la condescendencia que sentimos hacia un personaje fugaz y eterno, envuelto en sus poderosas circunstancias. No encontraba el tono pero le dije que al menos no escribía tonterías y, con su mínima delicadeza, me respondió que se trataba de un texto funesto, que todo era un compendio de la tontería en grado superior, que no manejaba el tiempo y mucho menos los inconexos viajes entre el pasado y el presente. ¿Evolucionamos siempre hacia delante? O se trata del mismo verso que adornamos con nuestro oficio, la misma historia, miles de historias iguales dictadas por miles de musas en expansión. Fui el inspirador de mi musa, me seguía a todas partes como un perrito faldero, ella nunca hubiera permitido que utilizara esa expresión sin abandonarme para siempre. El día en que me abandonó mi inspiración nací de nuevo, encontré mi esencia, la fe sirve para creer, la esperanza sirve para crear, el tiempo sirve para crecer, muerta la línea salieron en procesión los puntos dobló la esquina el ángulo, ascendió el sol naciente, brilló en el vértice y al ponerse de luto el día se reencarnó en la línea del horizonte. Un poema es un triángulo con tres soles, nacer y morir es siempre la misma excusa para crecer en el tiempo y regarnos en un goteo incesante de vidas diferentes que son la única vida.

Dejé de leer viejos legados sin sacar más conclusiones. Perdido en el laberinto de la conciencia de los espejos del ser, volví a mirarme desde tan lejos que ya no me vi.

Bretón