Mi esposa hablando hora y media por el móvil

Por Kimi

04.11.2022

Mi esposa lleva hora y media hablando por teléfono. A veces presto cierta atención a lo que dice ella porque no puedo escuchar los silencios que se producen en la habitación cuando habla la otra persona, una amiga suya. Ahora mismo está narrando una historia sobre un vestido camisero muy estiloso pero que a ella no le sienta bien y que ni siquiera lo ha estrenado. Ahora dice que este año necesita unas botas pero que va a esperar a las rebajas porque ahora cuestan doscientos pavos. Ahora habla de otras botas que se compró el año pasado pero las odia porque son muy duras y tienen un tacón un poco de esport. Ahora su amiga debe contar una anécdota suya sobre el mismo tema y mi esposa dice claro, claro. Su tono de voz es suave, nada alterado ni pretencioso. Ahora hablan sobre las cremas que regalan de muestra que son muy prácticas para llevarlas en los viajes.

Ahora hablo de mi. Yo no puedo hablar por el movil dos horas, ni una y media. Mi abuela decía que el teléfono era para dar recaos y que hablar era presencial como se llama ahora a los trabajos en los que se va a la oficina. Yo digo, hola qué tal y luego voy al grano, si mañana por la tarde a las siete y media, gracias, adiós. O si es un familiar digo bueno que sigas bien, recuerdos a Marta. Por ejemplo. Ahora ha hilado su amiga un buen relato porque hay silencio en la vivienda y de pronto sube un poco el tono de voz mi mujer y dice ‘¡qué huevos!”, expresión que excita mi curiosidad sobremanera. Llegan a un acuerdo y mi amada dice claro, claro, puf.

Kimi