La respiración asistida, el transfuguismo, la hipocresía, el plagio, el chaqueterismo...o sea, la "derecha tranquila" de Casado

Querían gobernar juntos, el PP de Casado, el Ciudadanos de Rivera y el Vox de Abascal. Lo habían logrado en Andalucía y estaban casi convencidos que juntos obtendrían mayoría absoluta en su España. En Colón y en los debates, Casado y Rivera apenas se atacaban porque el enemigo de ambos era Pedro Sánchez. Estaba fuera de duda que Ciudadanos habría apoyado un gobierno con Pablo Casado como presidente igual que sucedió en Andalucía (PP, 26; Cs, 21) con la investidura del popular Moreno Bonilla apoyado por Ciudadanos y Vox (12).

No han pasado quince días y ahora son enemigos. Rivera asegura que se ha convertido en el líder de la oposición a Pedro Sánchez y Casado le responde que no depende de lo que uno quiera o diga sino de los escaños conseguidos en las elecciones: PP, 66 y Ciudadanos, 57. Dice el todavía presidente del PP que a día de hoy, Rivera no sabe si será la “respiración asistida” del PSOE y le acusa de plagiar el programa del PP con propuestas como la de aplicar el artículo 155 de la Constitución en Cataluña, si bien ha subrayado que lo hace "tarde y de forma hipócrita". Y no solo eso, le ha acusado de “incumplir todas las normas de cortesía practicando el transfuguismo, el chaqueterismo o las malas formas”. Cuidado que cuando Casado se pone a definir a otro líder es capaz de soltar 20 detalles en un minuto, traidor y felón para luego, en un par de semanas, asegurar que representa a la “derecha tranquila”. Aquello del cambio tranquilo ya lo inventó un tal Zapatero. Realmente, la política hace giros, guiños, extraños amigos de cama y también enemigos. Mientras, Santiago y cierra España hace una parada en la Reconquista y se atusa la barba mientras abreva su caballo.

elObservadorDCLM