El Mundo, ellos y nosotros / Paloma Moratilla

El pueblo pacífico recuerda y agradece su paso por este mundo dejando muestra de valentía y determinación pero sobre todo  dignidad humana.  Sus muertes no significaron el fin, sino los primeros pasos de un mundo en paz. Son todos los que están, pero no están todos los que son. Dice el artista: “…Sois el elemento humano que da nombre a nuestra especie, sin vuestra existencia seguiríamos siendo lo peor de la naturaleza”.

Estos personajes son la luz que da razón a la existencia, en contraposición de quienes mancillan, humillan y matan, porque supieron defender a consta de su propia vida los derechos necesarios para vivir frente a quienes torturan, vejan y violan. Su objetivo no era otro que poner luz, color y sonrisas a la vida.

No son todos los que están,  faltan aquellos que lograron derechos y libertad para los pueblos como Nelson Mandela. Aquellos que renunciaron a una vida cómoda para ayudar a limpiar el camino de obstáculos a otros, como Vicente Ferrer. Son quienes compusieron acordes musicales para crear un himno a la paz reconocido internacionalmente, como John Lennon. Pero ellos, los presentes en este libro fueron muestra de que la bondad existe en cualquier rincón del mundo. Existe en los cuerpos de hombres y mujeres que caminan por la vida al tiempo que la multitud, aunque ellos son quienes portan el farol de la luz de la evocación y las palabras de los que transitan este tiempo. Vidas segadas que nunca se fueron porque persisten en nuestro recuerdo.

Ellos y ellas han sido y serán ejemplo de dignidad humana, de la defensa de los principios y la libertad. Su presencia muestra de la existencia del Alma. Supieron colocar en el lugar más alto sus propias decisiones y la defensa de las mismas aunque se les fuera la vida en ello, como se va el agua entre las manos, pero siguen siendo la luz en la oscuridad, el amor en el infierno y la paz en el mundo. El resto  somos el pueblo que no siempre acierta cuando se le prometen mentiras. Al que a veces se engaña, o simplemente se deja llevar para acabar siendo consciente de las injusticias cuando es difícil buscarles un remedio, cuando es necesario que alguien demuestre que se puede conseguir, que se pueden romper las cadenas y salir de la opresión, las guerras o el hambre. Ellos están ahí como la estrella que muestra el camino a recorrer para dejar a un lado las imposiciones unilaterales de gentes sin escrúpulos.

En este mundo están todos, los valientes capaces de dejarse la vida en la lucha por la libertad y la igualdad, y los que observan sus movimientos. Las gentes que a veces sufren y callan pero que saben rebelarse cuando alguien lo promueve mostrando decisión. Aquí se encuentran las madres de la Plaza de Mayo, los supervivientes del Holocausto, las víctimas de Ciudad Juárez, los niños de Gaza o los huérfanos del terrorismo, pero también las víctimas de la discriminación, la desigualdad, la violencia de género, la trata de personas, la explotación laboral, las minorías perseguidas, el uso militar de los niños y la violación de los derechos humanos. Todos componemos en mundo: Ellos… y nosotros.

El universo necesita personas que pongan luz en la oscuridad de una sociedad a la que llegaron sin saber cómo, la explotación, la depresión y la humillación. Personas como Matilde, Martin, Rachel, Sophie, Juan, Ernesto, Víctor… Personas como Rigoberta Menchú en defensa de los indígenas que viven en extrema pobreza. Como Malala Yousafzai en su lucha por los derechos de los niños. Como Berta Cáceres, asesinada en su casa por defender el medio ambiente o Anna Politkovskaya muerta por defender los derechos humanos en la guerra de Chechenia. El mundo necesita ejemplos como Helen Keller educadora sorda, ciega y muda que demostró que “siempre se puede”.

Ojalá siga aumentando el número de personas siempre presentes, con vida o sin ella,  para hacer un mundo mejor. Ojalá no nos abandone la esperanza y nunca falte la valentía. Porque ellos nos dan palabras y sentimientos para hacer frente a la injusticia: “Lo peor de las cosas malas de la gente mala, es el silencio de la gente buena” que diría Gandhi. “Ojalá podamos ser desobedientes cada vez que recibamos órdenes que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común” que añadiría Eduardo Galeano.

Paloma Moratilla

Reflexiones ante la obra de Teo Puebla "MEMORIA Y GRATITUD" (14/14)  

Aviso al Lector: ULTIMA ENTREGA. El Diario de Castilla-La Mancha ha acercado cada sábado a los lectores la obra del pintor toledano Teo Puebla, perteneciente a su próxima exposición titulada MEMORIA Y GRATITUD.