La "vakunin" con la que Ayuso quiso inocular el comunismo a los españoles

Imaginemos: un empresario socialista, amigo de Emiliano García-Page, acude al consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha en nombre del gobierno ruso para venderle la vacuna Sputnik. Cuando la noticia se hace pública, el PP de la región se lanza en tromba contra Page con innumerables ruedas de prensa durante un año o dos. Aparecen cada día Paco Núñez, Lola Merino, Carolina Agudo, Guarinos, Riolobos, Cañizares… : “Page quiere inocular el comunismo a los castellano-manchegos”; “La vacuna comunista de Page”; “Page quiere pincharnos en vena el comunismo de Pablo Iglesias y Pedro Sánchez”; "Además de subir los impuestos, el desaparecido Page quiso comprar miles de vakunin de espaldas a la Unión Europea...". 

Imaginemos que un empresario socialista, amigo personal de Pedro Sánchez, hubiera negociado con la Ministra de Sanidad para venderle la vacuna rusa sin conocimiento de la Unión Europea que tiene centralizada la venta de vacunas contra el virus entre los estados miembros. Los titulares de periódicos como El Mundo, ABC, La Razón y otros numerosos digitales nacionales, los programas de Ana Rosa y Griso, Jiménez Losantos, Herrera en la Cope… La campaña mediática contra el gobierno y su vacuna comunista sería tan enorme e intensa que muy probablemente nos llevaría a la dimisión de Sánchez y a la convocatoria de elecciones. Porque algo similar ha sucedido ya en Eslovaquia, miembro de la UE que compró vacunas a los rusos y su primer ministro tuvo que dimitir la pasada semana.

Pues eso no ha sucedido ni en España, ni en Castilla-La Mancha: un empresario gallego, amigo personal de Pablo Casado, ex dirigente de Nuevas Generaciones del PP, cónsul de Rusia en Galicia, Pedro Mouriño, negoció con el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, en nombre del gobierno de Putin, la venta de vacunas Sputnik, no aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento, de forma unilateral sin contar con el gobierno de España ni con La Unión Europea que es responsable del reparto de vacunas entre los estados miembros.

Comunismo o libertad para hacer lo que me plazca. Dentro de su estrafalaría e irresponsable gestion de la pandemia, el gobierno de Ayuso quiso adelantarse a todos y comprar la “vacunin rusa” pero el tema no ha causado ni mucho menos tanto revuelo: ¿qué diría Vox? ¿Qué ha dicho Vox? ¿Qué ha dicho Casado y qué ha dicho Ciudadanos? ¿Nos explicaría la nueva consejera de Educación de Murcia que Bakunin no fue un comunista sino un anarquista ruso en una carta con innumerables faltas de ortografía aunque ella se ha manifestado públicamente negacionista de las vacunas…?

Lejos de criticar la noticia, el PP de Castilla-La Mancha sigue cada día apoyando públicamente la gestión de Ayuso durante la pandemia aunque Madrid tenga una incidencia acumulada a catorce días por cien mil habitantes muy por encima de lo que la OMS considera riesgo extremo (250) de contagios: 302,1 frente a los 121,85 de Castilla-La Mancha.

elObservadorDCLM