Tribus caníbales

Los partidos políticos, en particular los de la oposición, están en campaña electoral permanente. Habría que acotar el espacio pongamos que a un año antes de las elecciones y van que chutan. El resto, tres años, deberían dedicarse todos a alcanzar acuerdos para hacer más fácil o posible la vida de los ciudadanos. Ese sería el idílico objetivo primordial. Menuda liberación, no tener que estar todo el día pensando en cómo abatir o ensuciar al contrario cosiendo trajes o intentando poner de tu lado a la opinión pública.

Seguro que con un poco de unidad, todos y hasta España saldría ganando, pero desgraciadamente ese no es el objetivo.

Lo que destaca es la figura del gallito vituperante que dobla la cuchara de la dialéctica para tener siempre más razón que el contrario.

Saldría ganando España y los españoles porque podríamos recoger del frutos de todas las inteligencias sembrando juntas, mirando el cielo y cuidando el campo ante probables inclemencias. Como una mortal pandemia.

Saldríamos ganando los ciudadanos que vemos en ese comportamiento un espejo para polemizar y odiar a nuestros españoles semejantes.

La siembra interesada del nacionalismo produce monstruos antisistema como los que encuentran motivos para incendiar, destrozar y robar apelando a la justicia.

La escalada nacionalista es una fábrica de odio y frentismo.

Todo esto era ya normal entre los caníbales de las tribus donde no existían democracias consolidadas.

elObservadorDCLM