Incendios, epidemias: los especialistas en utilizar las desgracias

La escalada comenzó en el mismo momento en que los enfermos empezaron a colapsar los hospitales y se anunciaron los primeros muertos por coronavirus. Cuando está en la oposición, esta derecha española es de las que opina que todas las crisis están para aprovecharlas y la llegada de la desgracia fue una señal inequívoca para que empezaran a planificar distintos escenarios ninguno de ellos de cooperación: el golpe de estado, la dimisión de Pedro Sánchez o la perspectiva de una convocatoria de elecciones tras la pandemia. La ambición de volver al poder por encima de todo. Se lanzaron en tromba, cada uno según su papel, Vox a degüello, el PP con suma dureza y Ciudadanos a Dios rogando, pero con el mazo dando. 

Pero este virus maldito no era cosa de unos días, de una ciudad, o de un país como España y esa apuesta tan mezquina va ya camino de llenar de vergüenza a unos rostros que, aunque bastante acostumbrados, han tratado de aprovechar la desgracia de miles de personas y de millones de familias para desprestigiar al gobierno. Han destacado lo más negativo, se han regocijado cuando la situación iba a peor, han llenado las redes de bulos y, en sus medios de comunicación, han llevado a los titulares la vertiente más negativa de cada noticia. Y si no existía, se la han inventado.

Una vez descubierta su argucia han pasado ya al segundo escalón que también conocen a la perfección, elevar el tono de sus insultos para obligar al gobierno o a los partidos a responder y volver una vez más a vender su otra mentira, “todos son iguales”, para tratar de ocultar o diluir su infame comportamiento.

Quien más riesgos ha asumido en este afán desmedido por utilizar la pandemia para derribar al gobierno ha sido Vox y al PP le cabe la única honra de haber ido un poco por detrás de Abascal en los bulos, la ira y los insultos.

Pero también han insultado. Lo hemos visto en Castilla-La Mancha con unos dirigentes “populares” especialistas en tratar de utilizar políticamente las desgracias como ya sucedió en el grave incendio de Riba de Saelices en Guadalajara, en 2005 que se cobró la vida de 11 personas. El PP hizo bandera política de este infortunio e inculpó a políticos y técnicos. Cinco años después, la Audiencia Provincial dictó una resolución estableciendo de manera concluyente que el incendio fue obra de unos excursionistas que encendieron una barbacoa y que imprudentemente dejaron sin vigilancia. Quedaron así prácticamente al margen de la cuestión penal tanto los políticos imputados como los técnicos encargados de la extinción del incendio. El mal sobre la desgracia ya estaba hecho.

Es una lástima que el PP de nuestra región no tenga tradición en apagar fuegos o en ayudar a resolver las desgracias sino, todo lo contrario, en avivarlas. 

elObservadorDCLM