Chinos y banderas

Confundido en este relato en que el engaño y el vértigo juegan un papel protagonista, se me ocurre pensar que las esteladas que venden los chinos en Cataluña están fabricadas en Getafe y las que banderas españolas que venden los chinos en Madrid están hechas en Barcelona. La verdad es que ambas deben llegar de China lo que evidencia una capacidad de reacción necesidad-órgano para quitarse el sombrero, también fabricado en China. Con el chino de mi barrio mantengo una relación de incomprensión mutua o fingido desentendimiento. Le pregunté por la procedencia de las banderas. El chino sonríe y me responde fondo para indicarme que persiga al conejo blanco que siempre llega tarde y me adentre en el agujero de Alicia donde falsas lámparas de Aladino se adornan ahora con telas de araña, máscaras lívidas de difuntos, calaveras y calabazas de Halloween. Pienso que el mundo es un chino y también recuerdo lo que significa Maya para el hinduismo, el velo de la ilusión de nuestros anhelos materiales que oculta lo único, puede que tal vez lo verdadero.

elObservadorDCLM