Una oposición caníbal y un PSOE que no debe achantarse

Cristóbal Colón conoció en La Española a los caribes, una tribu de guerreros vecinos de los arawak a los que atacaban día y noche para hacerse con los botines y de postre, como buenos enemigos encarnizados, practicar con ellos la antropofagia. Es decir, se los merendaban.

En la España actual, la oposición al gobierno y su amplio aparataje mediático practican el canibalismo político, fomentan y difunden los titulares más negativos y manipuladores para apoyarse en crisis internacionales e incidir en que todo en nuestro país va pésimamente mal: poco les importa, todo lo contrario, ofrecer una negativa imagen de España o generar un ambiente muy negro en nuestro país con tal de culpar y derribar al gobierno. Le hacen responsable de las crisis globales sanitarias o económicas, ridiculizan la manera de afrontarlas, al margen de los resultados o de la forma en que gestionaron ellos mismos la crisis económica de 2008, abandonando a los más desfavorecidos. Hablan una y otra vez mal sobre la situación de España aun conociendo la idea de que la economía es como un cervatillo que huye ante el más mínimo crujido que escucha en el bosque. El PP no duda en llevar sus crujidos a las instituciones comunitarias canibalizando la imagen de nuestro país.

La idea básica en la que sustentan todo su trabajo de oposición es convencer al máximo número de personas de que el gobierno lo hace todo mal, sembrar la sensación de que todos menos ellos son unos inútiles y que no existe otro remedio que votarles para que España no se rompa. Si hace falta consumarán también el milagro de renacer el terrorismo de ETA, la banda armada con la que el PP negociaba y le ofrecía normalidad democrática como un partido político si abandonaban las armas. Al final fue el gobierno socialista de Zapatero quien acabó con ETA y ha sido el gobierno socialista de Pedro Sánchez quien ha pacificado las calles de Cataluña que eran un hervidero de violencia con Mariano Rajoy.

El PSOE no debe esconderse porque en todos estos escenarios que la derecha manipula, estuvo siempre en el lado bueno de la historia y puede y debe reivindicar su papel social y pacificador, frente a una derecha que no quiere resolver problemas sino incidir en ellos para obtener provecho político y económico.

Durante los años que no ha gobernado, el PP y ahora su brazo más populista, Vox, se han convertido en expertos en todo tipo de prácticas manipuladoras como poner trajes a políticos, difundir con obsesiva insistencia las peores noticias sobre España, amplificar desgracias y vaticinarlas como heraldos negros que anuncian crisis más profundas de las que saldremos de la peor manera posible hasta que retome el poder la tribu de salvadores del milagro económico. Un milagro del que solo disfrutan ellos y los que invierten para derribar gobiernos y repartirse el botín cuando se consuma el cambio y pueden aprovechar así unos cuantos años de suculentos negocios. Se llaman políticos, pero son mercaderes que obtienen provecho con la venta de conquistas sociales de las que somos envidia en tantos países como la sanidad o la educación pública. 

No debe pues el PSOE esconderse o achantarse, todo lo contrario: esforzarse en mostrar la realidad y contrarrestar la oleada manipuladora de conciencias que domina la derecha, sin resignarse a explicar siempre la verdad de la historia.

elObservadorDCLM