¿Llegará una derecha normal, estable, incorrupta y auténtica?

Una vez consumado el golpe de estado de los creadores de Ayuso contra Pablo Casado y salvo una ya improbable resurrección, se abre un futuro como siempre incierto y esperanzador para quienes nos situamos en el lado positivo de la duda: ¿cómo será el nuevo PP, seguramente liderado por Núñez Feijóo? ¿Como será su relación con Vox y con los trumpistas del populismo ayusista? ¿Se sentirán satisfechos los golpistas con un gallego moderado y tal vez dialogante?

En esa apuesta por la esperanza, se puede pensar en una nueva derecha menos frentista y cainita, incluso responsable a la hora de sumar esfuerzos con el gobierno en graves y delicados momentos como la crisis sanitaria, social y económica generada por la pandemia.

Un nuevo modelo en definitiva de una derecha normal y auténtica que no solo se dedique a crear montajes contra el gobierno y contra su propio y principal partido para aportar algo de inteligencia y apoyo en ese afán por mejorar de verdad la vida real y la imagen de una España que tanto manosean pero que en realidad tan poco les interesa.

Y, sobre todo, un horizonte de estabilidad que sí ofrecen algunos gobiernos autonómicos y otros partidos políticos que también han pasado por momentos complicados pero que los han resuelto por sus propios medios y no, como en este caso, por un golpe de estado en el corazón de Génova. 

Esperemos que la restauración de la sede de PP no se convierta otra vez en una operación con dinero negro y que, de una vez por todas, se acaben sus tramas corruptas.

elObservadorDCLM