La prodigiosa aventura de la señora Albita con el señor Pináter (2) Mutua varastamanta

No solo había vuelto a interesarse por su vida sino que, además, un mundo desconocido abrió sus puertas para entregarse al deleite de la señora Albita. Empezó por escribir nuevas poesías en un lenguaje inventado por ella imaginando que las leía el señor Pináter mientras una sonrisa aprobatoria anidaba en sus labios.

 ¡Qué placer imaginar a Pináter leyendo:

Aprih costa di varata sumen/ mutua varastamanta/ Del’a fortuna na tamore scala/ ¡serva serva vanter serva dirontes!

- ¿Qué clase de lenguaje es ese?, imaginó la señora Albita que le preguntaba Pináter

- Es, querido amigo, la lengua dorada de mis estrellas, un regalo del cielo...

- ¿Quiere decir que usted inventa esas palabras y la relación semántica entre ellas?

- Efectivamente, Pináter.

- ¿Y, exactamente, en qué se basa para elegir estas y no otras palabras estelares ya que, por lo que se aprecia, no reside en ellas el ánimo de expresar algo lógico, mi querida...o, dicho de otra forma: ¿qué pretende comunicar exactamente?

- La música, Pináter.

En ese instante, Pináter se levantaba y le ofrecía sus brazos para iniciar juntos un baile mientras él cantaba: “Aprih costa di varata sumen...”.

Doña Albita danzaba en éxtasis recitando embelesada “¡mutura varastamanta! pensándose en Pináter y en brazos de Pináter.

Edgar