Corolinchamiento

Estaba en la cola del supermercado y estornudó un par de veces colocando la mano delante de su boca. Todos le miramos y nos miramos. Tratamos de contenernos, pero un hombre con bigote se le acercó y le dijo: “¿no sabe que si se tapa el estornudo con la mano millones de partículas salen disparadas a una velocidad promedio de 70 kilómetros por hora y son capaces de alcanzar hasta 2,3 metros de distancia…Además, si te tapas con la mano te la llenas de gérmenes y puedes infectar a todas las personas y objetos cercanos… ¿no lo has visto en la tele?”.

La situación empezaba a ser un poco tensa, aunque también algunos se reían y decían, venga, que no es para tanto, que hemos estornudado así toda la vida. En un gesto de amistad, el joven que había estornudado se acercó al del bigote y le dijo: “venga, hombre no montemos un espectáculo” y le extendió la mano, la misma mano con la que se había tapado la boca: “¡choque esos cinco!”, le dijo. Una mujer que ya estaba saliendo se dio la vuelta para apuntarse a la fiesta: “¡nooo!”, gritó, “no le des la mano: es de pésima educación humedecer a las personas con tu mucosidad, ¿no lo has visto en la tele? Hay que taparse la boca con el interior de codo, tío”.

El joven, a punto de ser linchado por un grupo de clientes cada vez más indignado, dijo: pues no, señores, no veo la tele, solo veo series, estoy a punto de estornudar de nuevo y esta vez no pienso taparme ni con la mano”.

Salieron corriendo a llamar con sus móviles a las fuerzas de orden.

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