El Pacto Antiyihadista, con foto pero sin avance en las soluciones

Cuando se entrega una sobredosis de información, pueden ocurrir dos cosas: que uno se sienta incapaz de ordenar los datos durante unos días, o que haga "cortocircuito" en opiniones vertidas en redes sociales de las que con posterioridad tendrá que arrepentirse. 

Esto último le ha ocurrido Secretario de Estado de Defensa, el toledano Agustín Conde, quien a los pocos minutos de los atentados cargó contra Podemos mientras a todos nos dolían los muertos de las Ramblas. Sin descanso, sin reparo y sin pensar en quienes estaban sufriendo lo más duro de la vida como es el perder  a un ser querido de forma injustificable. Su afirmación hoy, una semana después podría tener valor e incluso ser bien recibida por analistas políticos, tal vez de este modo hubiera sido analizada de forma racional, pero no tuvo ni paciencia, ni respeto por las víctimas. Horas después del atentado de Cambrils escribió "¿Se sumará ahora Podemos al pacto contra el terrorismo o seguirán de observadores?". Hoy sabemos que seguirán de observadores, junto con Convergencia Democrática de Cataluña, Esquerra Republicana de Cataluña, y el Partido Nacionalista Vasco. El resto de las fuerzas políticas con representación parlamentaria, son firmantes del pacto.

La argumentación dada son las relaciones económicas de España con Qatar y Arabia Saudí, algo que parece suficiente motivo para impedir la unidad en la firma del pacto aunque como bien dice Margarita Robles, lo importante es la unidad en las reuniones y la aportación de ideas, independientemente de la firma o no de los pactos. 

El segundo escollo que impide la firma del pacto, es la modificación realizada por el gobierno de Mariano Rajoy en 2015 del Código Penal, y la introducción de la pena de prisión permanente revisable, algo con lo que parece que tampoco se sienten conformes. 

Se vuelve de nuevo a la instrumentalización política del terrorismo sacando a la república aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, con la afirmación realizada por Pablo Iglesias de que "las relaciones de la monarquía española, con la monarquía saudí perjudican la imagen internacional de España y ofenden a buena parte de la ciudadanía", cuando en realidad lo que quieren decir es "no toca"  que es lo que responden a por qué no firmar el pacto, porque "ningún atentado va a hacer que cambiemos de opinión".

Mientras todo esto ocurre, la diputada catalana de la CUP, Mireia Boya, considera indirectamente responsables del atentado al Rey Felipe VI y al presidente del Gobierno Mariano Rajoy y se niega a ir a la manifestación contra el terrorismo del próximo sábado en Barcelona, si estos asisten. Por si quedaba alguna duda, y ante las afirmaciones de "unidad" dadas en estos días en relación  a la gestión del atentado, Boya afirma que "Hemos actuado como Estado independientemente del Estado español que ha tenido un papel muy secundario".

Probablemente la actuación ha sido como Estado independiente novato ya que han puesto en riesgo las vidas de muchas personas, al impedir la entrada de los TEDAX de la guardia civil, en la casa de Alcanar después de la explosión, tal como manifiestan las organizaciones mayoritarias de Guardia Civil y Policía Nacional.

Una vez más, es cuestión de prioridades, y ahora si ha llegado el momento de analizar la situación de España frente al terrorismo y no escuchar aquellos argumentos que lejos de buscar soluciones lo único que contribuyen es a crear más confusión, sin ocuparse directamente del problema que nos ocupa, porque "matices" siempre va a haber y muchos

El Observador