FNFF: "Franco no fusiló a nadie ni dictó condenas de muerte"

Días atrás supimos que la alcaldesa de Ciudad Real ha sido demandada por la Fundación Nacional Francisco Franco por retirar, cumpliendo con la Ley de Memoria Histórica, la estatua del alférez provisional, de la Plaza de España. Obra catalogada, pero no protegida como bien de interés cultural. Días después tuvimos que escuchar al hijo del autor de la obra, Salvador Amaya, refiriéndose a la corporación municipal, decir que se trata “Una suerte de personas carroñeras, que justifican sus sueldos con los muertos de nuestra guerra civil, ochenta años después”.

Por si no era suficiente la Fundación Francisco Franco, ayer nos sorprende con un comunicado en el que afirma que "Franco no fusiló a nadie ni dictó condenas de muerte porque las condenas las dictaba la justicia".

No sabemos cómo definir el cambio de conductas delictivas que propició el Caudillo al Código Penal durante su dictadura, para facilitar las denuncias a quienes no pensaban como él y que habían defendido la legalidad vigente en ese momento para ser condenados por “adhesión a la rebelión” y castigados posteriormente con la “pena de muerte”. El dictador realizó el cambio de legislación, exigió la aplicación de sus leyes, y por supuesto que firmó penas de muerte.

Esa organización que habla de la Ley de Memoria Histórica, como la mal llamada Ley de Memoria Histórica, no tiene otro objetivo que seguir vapuleando y tratando a su antojo la historia de este país. Nos recuerda otros tiempos donde los libros de texto del colegio eran panfletos políticos del unipartidismo gobernante en la época. De los que uno hoy se siente avergonzado, y que no han terminado en la bolsa de basura, no por la credibilidad en sus líneas, sino para no olvidar lo que puede hacer un dictador con niños de ocho o diez años, a los que se les explicaba la “exaltación de los valores patrios” junto a las banderas de Falange española, y eso si eran “lentejas”. Sin posibilidad de encontrar libros reales que fijaran con precisión los hechos acontecidos durante la guerra civil, de forma equilibrada y neutral, salvo que se tuvieran contactos con el exterior, lo que te obligaba a leerlo en otro idioma.

Esta fundación, en un comunicado en el que contesta a aquellos que pretenden ilegalizarla, añade que el dictador “ofreció a los caídos del Frente Popular la mayor dignidad que estaba en su mano, la de dormir el sueño eterno bajo la cruz del Valle de los caídos”, pero silencia que nunca les preguntó si querían reposar en ese lugar su “sueño eterno”. No es difícil imaginar, que ninguno de ellos, quisiera compartir “su sueño eterno” con un dictador, ni en un lugar creado por el dictador, ni que fueran utilizados sus restos, para hacer un MONUMENTO A LA CONCORDIA.

Lejos de odios y resentimientos, hubiera sido suficiente con que hubieran tenido un juicio justo, con una sentencia proporcionada, y sus restos descansaran donde cada uno hubiera elegido, con nombre o sin él, pero donde su familia sepa a ciencia cierta cuál es el lugar en el que les gustaría ser recordados.

A esta Fundación FNFF (Fundación Nacional Francisco Franco), el gobierno de España del Partido Popular,  la sigue considerando “Bien de Interés Social”, su único objetivo: Limpiar y mantener la memoria del dictador. 

Dclm.es