Casado, el brujo | Curro Verdejo

Por el cuestionado currículum de Pablo Casado, y sus pocos logros o ninguno en política, podría dedicarse el presidente del PP nacional a otras facetas profesionales que ha demostrado que se le dan mejor que dirigir un partido, pitoniso por ejemplo.

Aprovechando que el cinismo brota a borbotones entre los jóvenes líderes de la derecha, algún medio de comunicación -con esa gran memoria que hemos venido a llamar hemeroteca- nos recordaba el alegato desesperado de Casado hace muy pocos años, clamando una abstención al PSOE. Para aquel pimpollo que empezaba a hacer sus pinitos por las teles representando al PP, era más que suficiente que los populares sacaran 52 escaños en el Congreso al PSOE para exigirles que facilitaran en gobierno conservador.

Recordarán entonces todo aquello, que casi terminó haciendo desaparecer a los socialistas, con Pedro Sánchez dimitido, y los cuchillos volando de lado a lado en la sede de Ferráz. Pues lo que pidió Casado fue justo lo que pasó, el PSOE presionado cedió. Sin embargo, aquel escenario rocambolesco de ver como los diputados socialistas se abstenían con la cara colorada para que Mariano Rajoy fuera presidente, se ha dado hoy la vuelta como un calcetín con la diferencia de que la talla no es un 52, sino 59 los diputados que el PSOE saca al PP.

Con estos vaticinios de Pablo Casado, y con el cordón sanitario de Albert Rivera -exterminador de la diputaciones que ahora se reparte en el juego político con los populares-, encaramos la recta final para formar gobierno en España: las derechas zancadilleando a Pedro Sánchez con incoherentes argumentos, Podemos pidiendo ministerios, y los independentistas cambiando la libertad de sus líderes presos por el Procés, a cambio de apoyos.

Curro Verdejo