Una campaña más propia de la ficción

El tono bronco e impostado que nuestros líderes políticos han tomado por norma, ya es en sí misma una anomalía de estos tiempos de campaña. Las brusquedades, los desafines y las exageraciones se han impuesto a las propuestas y a los programas electorales, pero todavía ha crecido un mal superior: la mentira.

El descaro de la derecha para inventar y pronunciar falsedades, no se soporta ya ni por sus mismos votantes. Hoy, que en nuestro bolsillo viaja una enciclopedia, el que se deja engañar es porque quiere.

Internet se erigió como un horizonte sin fin, un mundo de oportunidades -también para las malas artes-. La impersonalidad, que parece permitir la red, ha dejado espacio para que aquellos que instrumentalizan los espacios sociales online puedan verter su basura desde el anonimato, regando el barro y sembrando la desinformación de los que consumen sin cuestionar.

Manipulan los datos oficiales, recuperan el discurso de las armas y la sangre sin que les tiemble la voz, y orquestan auténticas estrategias belicistas en las redes sociales, ordenando a ejércitos de seguidores que puedan propagar su veneno.

Este jueves, eldiario.es ha desvelado una investigación que pone negro sobre blanco la utilización que está haciendo el equipo de campaña del Partido Popular en las plataformas sociales. El grupo de investigación independiente Heurística, compuesto de investigadores de la Universidad de Barcelona y de la Universidad Oberta de Catalunya, ha conseguido llegar hasta los cabecillas que dirigen las cuentas falsas que todos los días hablaban de lo guapo que es Casado y lo feos que son los demás. Para ello, toman fotos de internet para sus perfiles, las dotan de una vida irreal y las ponen a hablar de una forma automatizada, consiguiendo al final alterar el curso natural de los debates que se desarrollan en las redes sociales.

Les parecerá que todo esto pertenece más a la ficción -que no es de este mundo-, pero esto está pasando y hay que mantenerse con los ojos y los oídos bien abiertos.

ElObservadorDCLM