Ernesto Guevara "CHÉ": "Seamos la pesadilla de quienes pretendan arrebatarnos los sueños" / Paloma Moratilla

El vértigo del papel en blanco se hace aún mayor al intentar escribir en pocas palabras un cúmulo de enseñanzas, aprendizajes y experiencias, pero sobre todo los sentimientos que arrastra el nombre Ché Guevara.

Es probable que haya sentimientos encontrados en los lectores de este texto porque, como todas las ideas rompedoras de rancias tradiciones, su comportamiento arrastró adeptos, simpatizantes y detractores. No en vano la primera mujer a la que amó el Ché llegó a decir que le había fascinado su físico obstinado y su carácter insolente... pero que le parecía un "oprobio". Esto es suficiente para que cada cual analice el sentimiento que Ernesto Guevara provoca en el corazón de cada uno con la certeza de que se mostró convencido de la necesidad de extender la lucha armada a todo el tercer mundo a través de la revolución contra la pobreza y el hambre "Si no hay café para todos, no habrá café" (Ché Guevara).

Pudo haber elegido vivir atendiendo un consultorio médico dentro de una familia con medios que le evitara pasar frío, calor o sufrimientos, pero prefirió lanzarse al monte a dar voz a quienes no la tenían para que aún hoy, 50 años después de su muerte, la fotografía realizada por Alberto Korda del rostro del Ché siga estampando camisetas para los jóvenes con inquietudes vitales. Sin embargo, el pintor Teo Puebla ha elegido otro semblante diferente del personaje para alzar la voz en su nombre: el rostro de su muerte que refleja ese cruento y violento momento aunque sin embargo dejó reflejado en su rostro dulzura, serenidad y paz, como si de una foto fija se tratara de la mirada valiente con la que el Ché miró a su muerte.

Su salud precaria no fue obstáculo para construir toda una ideología en favor de los necesitados. El asma no sería el motivo de su muerte y lo sabía cuándo siendo aún muy joven escribió: "¿Que me puede hacer una bala si mi destino es morir ahogado? Pero voy a superar mi destino. Morir si... pero acribillado por las balas, destrozado por las bayonetas... ahogado no." Esta es la razón por la que inició su primer viaje en una bicicleta con motor, para recorrerse América latina llegando a hacer 4.500 km. Detrás de esa expedición vino otra y otro más, solo por mantenerse en los lugares en los que se le necesitaba.

No era relevante que naciera llamándose Ernesto, porque además fue Fernando, Adolfo, el Loco, Fuser (en el rugby), Teté (para su niñera), Pelao (en el colegio), Chang Cho (en su escritura), Ramón (cuando murió) o el Ché en la guerrilla. Fue circunstancial su nacimiento en una familia acomodada en Argentina, porque consideró la madre patria a Cuba, Bolivia y El Congo así como a todos aquellos lugares donde la pobreza presionara al campesino, ampliando el horizonte de su lucha y rompiendo las fronteras imposibles. Por ello, en su muerte, los poetas necesitaron gritarla a los cuatro vientos: Neruda, Cortázar, Benedetti, Guillén o Gelman fueron alguno de ellos.

Sus últimas palabras fueron "Póngase sereno y apunte bien que va a matar a un hombre". Sonaron dos ráfagas de ametralladora, después de ellas el silencio, pero este silencio duró tan solo unos segundos. Poco después el eco de su voz, volvió a resonar con fuerza y entusiasmo. El de la juventud rebelde con sus frases célebres porque "Podrán morir las personas, pero nunca las ideas" o "Seamos realistas, hagamos lo imposible"  porque “Si usted es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros que es lo importante". Mientras Radio Rebelde, creada por su propia mano, sigue emitiendo desde 1958 en Sierra Maestra.

Paloma Moratilla

Reflexiones ante la obra de Teo Puebla "MEMORIA Y GRATITUD" (12/13)  

Aviso al Lector: El Diario de Castilla-La Mancha acerca cada sábado a los lectores la obra del pintor toledano Teo Puebla, perteneciente a su próxima exposición titulada MEMORIA Y GRATITUD