El pájaro que anidó en el árbol genealogico de Alberto

- ¿Tu que haces aquí si puede saberse?

- Ya ves...piando.

Alberto era muy dado a las estadísticas pero lo que realmente le privaban eran los genogramas completos de linaje o de ombligo, en ascendente línea o descendente, por consanguinidad y por afinidad. Se sentía un jardinero de filiaciones y sucesiones que calladamente iba sembrando ramas como una primavera regala brotes de padres, hijos, nietos, bisnietos, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, trastatarabuelos, suegros, nueras, yernos, cuñados y hasta choznos o nietos en cuarta generación, hijos de tataranietos. Una noche estaba trabajando en el árbol genealógico de su propia familia cuando de pronto se encontró con un pájaro. Le preguntó: “¿Tu que haces aquí si puede saberse?” y el pájaro respondió: “Ya ves...piando”. No le pareció adecuado a Alberto que un pájaro estuviera piando en su propio árbol genealógico pero al tiempo era respetuoso con todo ser viviente y siguió, menos calladamente que antes, su tarea procurando no espantar al nuevo miembro de la familia. Un día, se dispuso a continuar su genograma y descubrió que el pájaro ya no estaba. En su lugar había dejado un nido y una notita: “donde las dan, las pían”.

Kimi