Los nuestros

Cuando María Dolores de Cospedal dijo en la convención nacional del PP “tenemos que defender lo nuestro y a los nuestros”, Cristina Cifuentes no sabía que la cúpula del partido ya no la consideraba de sus suyos. Defender lo nuestro significaba ahora dar una salida, digna o no, a Cifuentes una vez que las justificaciones de sus mentiras suponían ya un lastre para los nuestros. Igual que pasó en otras muchas ocasiones le dieron abrazos, se la defendió públicamente, se le pidió que fuera fuerte pero todos (y todas) sabían ya que defender lo suyo era prescindir de la presidenta de Madrid a pesar de contar en su currículum con un importante máster.

Quedaban tres opciones y habría que obtener de alguna de ellas el máximo beneficio y el mínimo perjuicio para los nuestros. Una era la dimisión de Cifuentes y su sustitución por el siguiente de la lista a la murciana. Esa no estaba mal del todo para los nuestros, incluido en este caso entre ellos Ciudadanos, pero ella se negaba a dimitir.

La otra era admitir la comisión de investigación propuesta por Ciudadanos para dilatar el asunto en el tiempo y acordar al final lo que quisieran las mayorías que es lo que suele suceder en este tipo de comisiones. Pero todos conocemos ya a estas alturas la gran mentira que acompaña al máster de la presidenta, algo que no conviene remover más en una comisión con las elecciones autonómicas y municipales a un año.

La tercera opción era dejar que se produjera la moción de censura. Ahí podía haber un poco de luz para los nuestros ya que Ciudadanos votaría junto al PSOE y Podemos, algo que los nuestros aprovecharían al máximo para contener la sangría de votos de los suyos, según todas las encuestas.

Estaremos pendientes del desenlace de un caso más de corrupción en la ya larga lista del PP que ha apoyado a sus ovejas descarriadas hasta que han supuesto una rémora para los nuestros y entonces, sencillamente, les han vuelto la espalda.

elObservadorDCLM