UN DIA COMO HOY: 8 de marzo

Cuando se lleva recorrido un largo camino, es necesario hacer un alto y volver la vista atrás, para comprobar de esta manera los obstáculos saltados y coger fuerzas renovadas mirando hacia adelante, para continuar con el objetivo de conseguir la igualdad plena.

Puede que haya quien piense que esto del 8 de marzo es un invento de estos días. Un movimiento que ha cogido muchas fuerzas en los últimos años, pero sin saber que para llegar hasta aquí, se ha recorrido un largo camino que a veces cae en el olvido.

Hoy, 8 de marzo, es necesario hacer un homenaje a todas aquellas mujeres, que en mayor o menor medida han luchado por conseguir la igualdad. Para ello, hay que irse muy atrás en el tiempo, tanto como hasta el siglo V a.C., cuando Lisístrata decidió hacer la primera huelga femenina y convenció a sus congéneres para que evitasen tener relaciones sexuales con sus maridos y de esta forma forzar la finalización de la guerra.

En el siglo III fue Hipatia, quien quiso reivindicar su derecho a estudiar, a saber, a conocer y a ejercer su profesión en condiciones de igualdad.

Filósofa, matemática y científica, muy querida entre sus alumnos y odiada por ello entre sus rivales fue asesinada brutalmente.

Bien avanzada la historia, y ya en el siglo XVIII, en concreto en el año 1785, la historia permitía a una española conseguir su doctorado en medicina. Se trataba de Maria Isidra Guzmán, más conocida como la doctora Alcalá, pero la prohibición de acceso a las enseñanzas superiores para la mujer no se hizo esperar demasiado.

Fue durante la Revolución francesa, en 1789, cuando el slogan “Libertad, Igualdad y Fraternidad” se puso de moda gracias a un grupo de mujeres. Ese mismo año se aprobó la Declaración de Derechos del Hombre y tres años más tarde, en 1791, fueron las mujeres quienes, prácticamente haciendo una copia de esta, presentaron la Declaración de los Derechos de las Mujeres.

La inquietud por aprender de las mujeres nunca se apagó, y esta fue la razón que llevó a Concepción Arenal, a vestirse de hombre para acudir a sus clases de Derecho en la Universidad, cuando estaba completamente cerrada para el sexo femenino. Era el año 1849.

Con el inicio del siglo XX, un grupo de mujeres alemanas, piden el acceso a la universidad y también el derecho a presentarse a las oposiciones y en 1908 un grupo de mujeres socialistas norteamericanas piden el derecho al voto en Chicago. Un año después más de 15 mil mujeres salieron a la calle en Estados Unidos pidiendo mejores salarios, reducción de la jornada laboral y derecho al voto. En 1910 las reivindicaciones se repiten en Dinamarca.

Pero si ha habido un verdadero motor en la lucha por la igualdad, ha sido el de la empatía y la unidad en las reivindicaciones en muchas partes del mundo de manera simultánea. Este mismo año, 1910, se declara por primera vez el 8 de marzo como día internacional de la Mujer. El mismo año en el que Rayamonde de Laroche consigue ser la primera mujer piloto de la historia y el mismo año en el que el rey Alfonso XIII autoriza a las mujeres a realizar estudios superiores. Casi con toda probabilidad en este logro de las españolas, tuvo mucho que ver que días antes Emilia Pardo Bazán fuera nombrada consejera de Instrucción Pública.

Un año más tarde el espacio geográfico en el que se celebraría el Día de la Mujer, se vio incrementado notablemente. A Estados Unidos y Dinamarca, se unieron Alemania, Austria y Suiza.

Esta alegría por la unidad  reivindicativa se vio tristemente ensombrecida, cuando el 25 de marzo de 1911, ardió en Nueva York la fábrica textil “Triangle Shirtwaist”, dejando un total de 149 trabajadores abrasados en su interior, tras ser encerrados sin posibilidad de salida por sus propios jefes. De ellos 123 eran mujeres que desarrollaban su trabajo en pésimas condiciones.

En 1914, toda Europa celebra manifestaciones reivindicativas de la igualdad de derechos.

España tuvo que esperar hasta 1936, para celebrar por primera vez el Día de la Mujer, con Dolores Ibarruri, “La Pasionaria”, a la cabeza.

En 1975 la ONU celebró el Día Internacional de la Mujer y dos años más tarde pidió a todos los Estados que instaurasen un día conmemorativo como «Día de las Naciones Unidas para los derechos de la mujer y la paz internacional».

En 2017, más de 50 países, realizaron el primer paro internacional de mujeres, en una jornada reivindicativa que abogaba por visibilizar la violencia machista.

Este somero repaso de lo que han sido logros y derrotas, deja patente que la lucha por la igualdad no es algo de una ministra o dos. Ni de un grupo de mujeres o cinco. Aquí aparecen algunas de ellas , pero su lista sería interminable. Habría que sumar el de tantas y tantas mujeres anónimas que hacen de su vida una bandera en la lucha por la igualdad, desde su trabajo, su casa o su calle… en la medida que les es posible y sin cuya participación nada tendría sentido.

Solo me queda preguntar, a discrepantes y díscolas que no consiguen unificar criterios para ir en una manifestación o sacar una bandera, ¿Creéis, de verdad, que vuestras discrepancias, son realmente importantes para la lucha por la igualdad de las mujeres?. Ellas no lo merecen...

En esta lucha solo hay un lema: IGUALDAD. El resto es basura política con afán de protagonismo.

P. Moratilla