"Te equivocas de enemigo"

Es verdad que no es igual el asalto a la Moncloa que el asalto al Capitolio pero ¿recuerdan cuando Casado llamaba a Pedro Sánchez “presidente ilegítimo"?

El asalto al Capitolio de los Estados Unidos le ha servido al Partido Popular en España para blanquear su comportamiento político y tratar de consolidar su reciente asalto a “la moderación y la centralidad”. El secretario general del PP, García Egea, ha recriminado a Vox que no tenga la "valentía de condenar el asalto al Capitolio por un grupo de seguidores de Donald Trump”. Aznar ha condenado los hechos asegurando que "no solo se asaltó la casa de la democracia en los Estados Unidos sino todas las casas de la democracia del mundo”. En un comunicado de FAES, el mentor de Pablo Casado ha concretado los motivos que a su juicio han llevado al populismo de Trump hacia este acto de “una gravedad extrema” y de “consecuencias duraderas". Aznar ve en el asalto al Capitolio los síntomas de “una grave enfermedad de la democracia que también nos afecta como españoles y ante la que hay que mantenerse vigilantes y activos". Y apunta a hechos concretos como “la ruptura de los consensos básicos…, la brutalización del lenguaje, el desprecio a las instituciones y la exclusión del adversario”.

Cualquier demócrata apoyará estas declaraciones pero habría que recordarles a Casado, a Aznar y a García Egea que desde su pérdida del Gobierno por grave y demostrada corrupción, el Partido Popular ha sido, junto a Vox, uno de los principales impulsores de esos mismos síntomas que ahora ven como una grave enfermedad de la democracia: han roto los consensos básicos durante toda la pandemia que han tratado de utilizar políticamente. El Partido Popular ha brutalizado el lenguaje y no hay más que recordar los doce insultos de Casado a Sánchez en solo 10 minutos. Entre ellos, el líder del PP llamó a Sánchez “el mayor felón de la historia democrática de España; el mayor traidor que tiene nuestra legalidad; comparó a Sánchez con un presidente que comete delitos de narcotráfico; le llamó irresponsable, incapaz, desleal y mentiroso compulsivo antes de catalogarle de “ilegítimo”. En cuanto al desprecio a las instituciones, hay que recordar al PP que se ha negado a renovar el Consejo General del Poder Judicial que lleva dos años con el mandato caducado y sigue realizando nombramientos. El PP ha excluido al adversario día tras día, negándose a alcanzar acuerdos institucionales con el gobierno incluso en esta época tan necesitada de sumar fuerzas y acordar medidas para reducir en lo posible el impacto sanitario y económico del virus.

Es verdad que ese comportamiento el PP recuerda al del tramposo Donald que ha llevado a su país a la cacerolada más abyecta. Se lo ha dicho el propio Abascal quien, ante las críticas del PP, ha respondido a Casado: “Te equivocas de enemigo al atacarnos y al equipararnos con los enemigos de España. El tiempo pondrá a cada uno en su lugar”. Sabe Abascal que el PP es un reciente enemigo de Vox pero que hasta hace dos días participaba plenamente de su abrupta política populista ondenado las banderas de todos.

En todo caso es de agradecer la cerrada defensa de la democracia que ahora exhibe el Partido Popular. Solo falta que rectifique en su comportamiento político olvidando todos esos síntomas de la “grave enfermedad de la democracia” que, en efecto, también afecta a los españoles, señor Aznar.

elObservadorDCLM