Una sombra alumbrada

Casi cuarenta años después había descubierto que ella era el verdadero amor de su vida. Entonces no lo supo porque estaba casada o convivía con una pareja en un estado natural y ni siquiera se pasaba por su cabeza alterar esa situación o cualquier otra similar ya establecida. Perderse por delicadeza alejaba de sus pensamientos cualquier forma de transgresión. Luego llegó la vorágine del tiempo y la del mundo del enredo, la segunda parte de su comedia. Se olvidó de ella completamente hasta que un día encontró una fotografía en casa de una antigua amiga de ambos. No sucedió nada aún, fue solo un signo que tampoco supo interpretar pero que marcaría el inicio de un imparable proceso, la indagación involuntaria en el mundo de sus sombras donde el peso de las cosas reales termina abriéndose paso hasta quedar en un primer plano inequívoco. Puede que se trate de una Ley o tal vez de una caprichosa rareza. Empezó a aparecer por todas partes tal como fue y como era ahora, muy distinta pero menos distante: ¿y qué vas a hacer?, le pregunté. Nada, espero que le destino obre igual que ha alumbrado la revelación. Dijo.

Rosi