La sopa de murciélago que propagó los bulos del coronavirus

Estuve en el aeropuerto de Barajas. En las llegadas internacionales, muchos viajeros llevaban mascarillas y si eran chinos, algunos les clavaban la mirada y luego se iban al baño a lavarse las manos. Así están las cosas. Llegó una niña china con mascarilla y una pequeña adolescente le preguntó a su padre por qué la gente lleva “esas mascaras”. El padre le explicó que era para no contagiar o contagiarse de los virus que son como unos microbios que te provocan enfermedades. La niña insistió preguntando por qué Dios había creado a los virus y a los mosquitos y no había creado el wifi en todas partes. 

La inocencia es también cosa de los mayores que, en vez de contagiarse de virus, se contagian de bulos, entre ellos los productos milagro para prevenir el contagio como el jengibre, el orégano o alimentos fermentados. No parece que vayan a causar males pero las organizaciones sanitarias desmienten que estos y otros alimentos prevengan o combatan al virus. Peor es el bulo que se promueve en Internet de un supuesto mineral milagro, a base de clorito de sodio que, lejos de resultar beneficioso, puede provocar vómitos, diarrea, dolor abdominal o fallo renal. Tampoco es verdad que hayan muerto en China 1500 personas, ni 10.000 como han asegurado otros en las redes. Hasta la fecha se han contabilizado en realidad 213 muertes y de ellas 204 se han producido en Hubei, provincia origen del brote. También se ha difundido que Bil Gates ha comprado la patente del brote del coronavirus, algo tan sorprendente como también incierto. Sobre el origen de la infección, se ha hablado en las redes de chinos que han comido serpientes o injerido sopa de murciélago. Es verdad que los murciélagos pueden ser conductores del coronavirus pero la OMS  desconoce aún con certeza el origen de la infección aunque no se descarta que pueda estar  en un mercado de animales vivos de Wuhan. Se han difundido también falsos vídeos como el de una mujer comiendo sopa de murciélago que, en realidad, data de hace cuatro años y no corresponde a China sino al archipiélago de Palaos. Circula un vídeo de un supuesto mercado de Wuhan con animales en jaulas donde se asegura se inició el contagio. Es un vídeo falso y no es de China:

Es falso que beber agua hirviendo evitará que te contagies; es falso que todos los habitantes de Wuhan morirán; es falso que en Australia han prohibido acercarse a comunidades asiáticas; es falso que la vacuna del coronavirus ya existe; es falso que un médico chino especialista en cuestiones respiratorias recomienda a las personas enjuagarse la boca con soluciones salinas para evitar infectarse; es falso lo que afirman algunas publicaciones sobre la forma de llevar las máscaras:  explican que las máscaras de protección deben llevarse de forma diferente según la situación, con el lado de color hacia fuera si quien la lleva está infectado por el virus, o con el lado blanco visible si su portador no está enfermo. Los especialistas señalan que la única forma de llevar correctamente la máscara es con el lado de color hacia fuera.

Es falso asegurar que la mayoría de los infectados podrían morir ya que, muchos de ellos, podrán curarse de manera natural.

Ni creerse todo lo que dicen ni bajar la guardia. Lo mejor es informarse bien y seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias.

Claro que también pueden surgir dudas como si es o no conveniente comprar mascarillas en tiendas de chinos como cuando las mismas tiendas vendían baratas banderas de España durante el momento más viral de la epidemia del independentismo.

Gloria Gallas