El diputado de CS por Toledo, Girauta, pierde los papeles con Cataluña

El diputado de CS por Toledo, Juan Carlos Girauta, salta a los medios de comunicación y como era previsible no lo hace defendiendo el cierre del trasvase Tajo-Segura. Ni siquiera con una crítica a la propuesta arancelaria de Trump que tanto preocupa en Castilla-La Mancha en la actualidad. El 'diputado por Toledo', sigue haciendo política catalana y se mete en un foro que no le corresponde, criticando la política realizada en el parlamento catalán. 

Tras la presentación de una moción de censura, inútil, a Torra, por parte de los grupos de CS y PP en Cataluña, las vísceras salen a raudales para mostrar, no su falta de cálculo con los números, sino su odio manifiesto al líder socialista en Cataluña, Miquel Iceta.

Era evidente que aunque el Partido Socialista de Cataluña hubiera votado a favor de esa moción de censura, tampoco habría tenido los suficientes apoyos, tal como mostró el resultado final. La propuesta de PP y CS fue apoyada por ellos mismos con un total de 40 votos a favor. En contra 76 de JxCat, ERC, Catalunya en Comú y la CUP y 17 abstenciones procedentes de PSC y Units. 

Girauta perdió los papeles ante la ciudadanía en su conjunto cuando escribió en las redes sociales: "El PSC ha decepcionado hoy a muchos. A mí ya no podía: lo abandoné hace 33 años sabiendo lo que era, un partido de lameculos, paniaguados mezclados con ladrones pijos. Traidores, acomplejados, inmorales y nacionalistas dedicados a servirle a Pujol la cabeza del área metropolitana".

No hace falta recordar que el arte del insulto pertenece a quienes no tienen argumentos sólidos, reales y efectivos para defender sus políticas. No hace falta gritar para hacerse entender, basta con hablar con claridad, con palabras y sin insultos. Girauta ha demostrado no ser maestro de nada, no saber defender su papel porque lo pierde. Ha quedado patente su falta de talante diplomático, indispensable para un buen político. Pero sobre todo ha puesto de manifiesto sus odios viscerales que hace prevalecer ante la razón y la lógica política.

Puede que a muchos castellano-manchegos les hubiese hecho ilusión escuchar la defensa del agua de la tierra con entusiasmo y desde luego no de la misma manera que defiende una política que no le corresponde. Debería haberse quedado en Barcelona para seguir haciendo política en Cataluña, que es la que realmente le importa. Toledo para él... solo es una excusa para seguir dando la lata desde el Congreso de los Diputados, defendiendo no se sabe qué cosa con excesiva agresividad. 

P. Moratilla