"¡Un corte de mangas y decirles: os jodéis!"

Queda muy lejos la Asociación de Palabra Culta y Buenas Costumbres de los foros políticos actuales. A los casos de corrupción, de decisiones unilaterales sin consultar y los silencios culpables hay que sumar el escaso interés que los políticos del partido popular demuestran con el buen uso del lenguaje en cada momento. Rajoy habla de "consenso" pero no escucha a todas las partes. Tejerina de "solidaridad" pero esquilma el río Tajo.

En estos días, hemos visto que la responsable de comunicación de La Moncloa, Carmen Martínez de Castro, lanzaba en el desarrollo de su labor profesional, un comentario jocoso y de mal gusto contra quienes reivindican unas "pensiones dignas" y se quejan de la "corrupción" del Partido Popular. Sus palabras textuales fueron: "¡Qué ganas de hacerles un corte de mangas de cojones y decirles os jodéis!". Después dirá Martínez de Castro que lucha por "la igualdad" y es verdad que lo hace, pero por la igualdad del comportamiento violento. Tanto las pensiones como la corrupción son dos temas que preocupan sobradamente a los ciudadanos de este país y no precisamente por elucubraciones o suposiciones, sino por hechos concretos y sentencias firmes.

Martínez de Castro no debe tener padres ni abuelos que cobren pensiones ínfimas, porque de lo contrario habría entendido claramente sus gritos, habría sido un ejercicio fácil el de la empatía. Sin embargo, en su defensa dice que era una conversación privada. Privada sí, pero en pleno desarrollo de sus funciones como Secretaria de Estado de Comunicación en el Ministerio de la Presidencia del Gobierno de Mariano Rajoy. Cargo que es evidente que le viene muy grande. 

Sin querer con su comportamiento nos hizo recordar a todos aquel "¡Que se jodan¡ (los parados)" de Andrea Fabra en el Congreso de los Diputados, mientras su padre, Carlos Fabra,  cometía fraudes diversos por los que fue condenado, precisamente debido a temas de corrupción dentro del PP. 

La rutina lingüística del Partido Popular, va haciendo cayo en los oídos de los ciudadanos pero no por ello pierden gravedad las aberraciones que salen por sus bocas, como la del alcalde (PP) de Villares del Saz a la portavoz del PSOE de Castilla-La Mancha a quien llamó "puta barata". O el insulto del portavoz del PP en el Ayuntamiento de Cuenca a una concejala socialista, de la que dijo que era "una mala persona, que le ha llevado a ofrecerse como saldo". Todo ello tiene modelo en los altos cargos del PP, como la diputada regional por Guadalajara, Ana Guarinos, que ha dicho de la formación morada en Castilla-La Mancha que son "delincuentes", "pederastas", "extremistas radicales", "defraudadores", e incluso "etarras". 

Incluso aún más alto en el escalafón de cargos se encuentra el Delegado del Gobierno de Mariano Rajoy en Castilla-La Mancha, José Julián Gregorio, quien ha proferido innumerables lindezas al presidente de la región, Emiliano García Page, como "enemigo público", "Irresponsable", "Pequeño Artur Mas", "Capo de la Mafia" o "Caradura". 

Seguramente todos ellos, van pidiendo y reivindicando una "correcta educación" para sus hijos o sus nietos. Lo que parecen no saber es que en el colegio se aprende, pero donde de verdad se educa es en casa y no hay nada mejor que el ejemplo. Solo hay que analizar su vocabulario, para saber en manos de quién estamos.

Dclm.es