El Tute Arrastrado

Con el reparto de cartas por el actual Presidente de CLM ha dado comienzo la partida del Tute Arrastrado que se desarrolla entre tres antagonistas (Bono, Barreda y Cospedal) aunque participan cuatro (el que da, en este caso Emiliano, no interviene en el juego: ni cobra ni paga).

Al ser diferentes tipos de prebendas lo que está en juego no es necesario decir que en esta ocasión pintan oros y que los contrincantes luchan sin descanso por conseguir la carta de más valor, es decir, el preciado as (según la Web de los Maestros del Tarot, el As de Oros para unos puede significar mayores ingresos y una situación financiera estable, para otros honor, respeto y fama, y para algunos la satisfacción interior y la conciencia de independencia, incluso con el reconocimiento o no, de los demás).

Aunque en esta modalidad del Tute hay una serie de normas que los jugadores suelen acatar sin problemas (asistir, montar, fallar y pisar), existen otras que continuamente se saltan a la torera, como lo de empeñarse en cantar las veinte (a los ajenos) antes que, como exige el reglamento, las cuarenta (a los propios).

¿Les interesa un breve repaso sobre los triunfos que cada Comunidad Autónoma lleva en esta particular partida? La Rioja, Aragón, Cantabria, Asturias, Baleares, Canarias y Murcia, no contemplan ningún tipo de privilegio para sus expresidentes; Andalucía, desde 2011 (antes disponían de una asignación mensual, casa y coche oficial), tampoco.

Por tanto, quedan nueve autonomías en las que haber ocupado el sillón presidencial supone ventajas varias (Cuadro de la foto que encabeza este artículo y que puede ver en documento adjunto al final del mismo).

Si echamos cuentas vemos que, actualmente, de los expresidentes autonómicos que disfrutan de prebendas por razón de su ex cargo, 8 pertenecen al Partido Socialista, 6 al Partido Popular, 3 al PNV y 2 a Unión del Pueblo Navarro (UPN).

Pero si miramos el as que todo buen jugador suele esconder en la manga, nos encontramos con que, por ejemplo, José María Aznar (PP), que como expresidente de la Comunidad Autónoma no entró a formar parte del Consejo Consultivo de Castilla y León, si lo hizo, en calidad de expresidente del Gobierno (el Real Decreto 405/1992, de 24 de abril, por el que se regula su Estatuto, prevé que todos los expresidentes españoles cobrarán un sueldo vitalicio que variará según los Presupuestos Generales del Estado de cada año), en el Consejo de Estado al cual perteneció hasta 2006, año en el que su creciente actividad privada (sobre todo allende nuestras fronteras) hizo incompatible su permanencia en él.

Todo esto sin hablar del denominado complemento retributivo de altos cargos aprobado en su día como fórmula destinada, no se lo pierdan, a "compensar a los funcionarios designados como altos cargos por las incomodidades para su carrera que les suponía su sujeción a la ley de incompatibilidades que regía para todos los miembros del Gobierno" y que, salvo en algunas autonomías (como es el caso de Castilla-La Mancha donde, nada más llegar al Gobierno, el Partido Popular lo suprimió, principalmente porque todos los que lo cobraban eran del PSOE), ha sobrevivido, misterios de la vida, a la dura política de recortes.

Excepto los de nuevo cuño (con bula para EXIGIR su eliminación al no contar aún entre sus filas con expresidentes autonómicos, ni de ningún otro tipo, que se puedan incomodar con la medida) creo que resulta evidente por qué el resto de los partidos políticos no se pone de acuerdo para aprobar, de una vez por todas, una Ley que acabe con unos regalías que, residas en la Comunidad que residas, suponen un elevado coste para las arcas públicas y, por ende, para los escuálidos y mermados bolsillos de los cada vez más empobrecidos ciudadanos.

¿Recuerdan esa pregunta que de niños nos han hecho a todos alguna vez? Pues yo ya sé la respuesta: de mayor quiero ser expresidenta.

Teresa Suárez