Abascal, Sánchez Dragó y Tamames. Así se gestó la moción de censura contra Sánchez

Si hay una protagonista la semana que empieza, es sin duda la  moción de censura presentada por la ultraderecha de Abascal contra el Gobierno de Pedro Sánchez, utilizando para ello dos ingredientes, Vox y Ramón Tamames.

Vox, ese partido contrario a las medidas contra el cambio climático, las energías renovables y los derechos de las mujeres.

Ramón Tamames, es ese político que algunos se empeñan en presentar como “personaje de la sociedad civil”, que ha sido a lo largo de su vida militante del Partido Comunista Español (PCE), fundador de Izquierda Unida (IU) y parlamentario durante la transición y que llegó a decir hace 40 años a Felipe González que debería ser más izquierdoso, porque estaba haciendo una política económica “conservadora y muy convencional”.

En estos últimos años, ha sido tertuliano de Intereconomía y Trece TV siendo expulsado de esta última por sus opiniones sobre las personas con síndrome de Down. El político “de otro tiempo” llegó a decir que él solo permitiría el aborto contra aquellas personas que tienen el síndrome de Down, “si hay errores genéticos en el ser que va a nacer”.

Analizando sus palabras, puede comprobarse la cercanía entre su discurso y el del dictador alemán con esa ideología que hace que las personas con discapacidades físicas y mentales fueran vistas como "inútiles" para la sociedad, una amenaza para la pureza genética aria y, en última instancia, no merecían la vida.

Esto llevó a Trece TV a prescindir de su presencia, sobre todo cuando los padres con niños con síndrome de Down dieron la voz de alarma, pero Sánchez Dragó lo recuperó el pasado 11 de enero en una “comida entre amigos” con Abascal, al que sugirió que bien podría ser el candidato de Vox en una moción de censura contra Sánchez.

Dragó, ese personaje que admitió haberse acostado con “dos lolitas de 13 años” en Tokio en el año 1967 en uno de sus libros y del que luego dijo que esto era “una anécdota convertida en literatura”. Habría que preguntar a esas “dos lolitas” que opinan de la literatura de Sánchez Dragó.

El escritor español, que se define como “polemista de derechas y periodista”, ha llegado a calificar a España como una “corrala” cuando tratando de justificar la filtración del discurso de Tamames, dijo que había sido por culpa de “la cotillería de la gran corrala nacional”. Cotillería que debe estar muy cerca del candidato de Vox y también de su “mecenas” ya que ese es el lugar del que parte la mencionada filtración. Frente a esto la sabiduría popular diría aquello de " Cree el ladrón... que todos son de su condición". 

Entre todo este esperpento se encuentra el PP, para quienes algo positivo debe tener la moción de censura de Vox presentada por Tamames, ya que han anunciado su abstención. De tenerla clara votarían a favor y de estar en contra votarían en contra, por lo que una no deja de preguntarse. ¿Cuál es para el PP el lado positivo de la moción de censura contra Sánchez que les lleva a abstenerse en la votación, afirmando al mismo tiempo que esto es un “balón de oxígeno” para el presidente socialista?

El presidente murciano, López Miras, lo ha considerado “espectáculo y broma”, el castellano-leonés, Fernández Mañueco dice que “llega en un momento inoportuno” y el castellano-manchego, Francisco Núñez, afirma que es “una victoria parlamentaria para Sánchez”, mientras Alberto Núñez Feijóo dice que no apoya la moción “para no insuflar aire a un gobierno que está en el tiempo de descuento”, pero ¿por qué se abstienen?

Podemos, un poco fuera de lugar y un poco dando la nota, propone que hablen las mujeres y Ciudadanos ve en la moción de censura de Abascal, "una buena oportunidad para presentar al nuevo Ciudadanos”.

De todos los partidos mayoritarios del arco parlamentario, tan sólo han mostrado respeto por esta moción de censura, los socialistas, tal vez será porque el candidato, Ramón Tamames, ha llegado a decir que tiene “cierta estima” por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Ya solo queda esperar unas horas para ver “la presión” de Vox en el hemiciclo y 70 días para comprobar el resultado en las urnas.

P. Moratilla