La dimisión de Pérez Tornero y la independencia de los medios públicos

Con la dimisión de Pérez Tornero vuelve a la la palestra el más que simple debate sobre la independencia de los medios de comunicación públicos, simple porque se suele analizar con una pasmosa simpleza. La cuestión de fondo es lo que se exige a RTVE para que se gane la medalla de la independencia, en particular con un gobierno de izquierda. Los claroscuros que no se manejan en este debate, tienen relación con la corriente de opinión mayoritaria que se impone en España, claramente sesgada en favor de la derecha a través de sus absolutamente dependientes medios de prensa, radio y televisiones privadas que lanzan, crean y asientan cada día mensajes contra el gobierno que deben convertirse en verdades absolutas aunque se trate de mentiras sesgadas e intencionadas.

¿Qué debe hacer en el centro de ese tsunami manipulador un medio público? Entre ciertos profesionales se comenta en este sentido el ejemplo de un tertuliano que dice que está lloviendo y otro que lo niega. La tarea del presentador o periodista no será unirse a la corriente mayoritaria de opinión ni a la contraria sino sacar el brazo por la ventana, comprobar la verdad y hacérsela saber a la audiencia. Datos y hemeroteca.

No se trata de equilibrar un panorama informativo dominado claramente por la derecha sino de buscar la verdad sin entrar en la complicidad por mucho que la corriente sea mayoritaria.

El diario El Mundo titulaba este martes en su portada: “Moncloa fuerza la dimisión de Pérez Tornero para tomar el control de RTVE”.

Existe una interpretación mayoritaria de este titular, que es la pretendida por el periódico, de hacer pensar que Moncloa ha exigido la dimisión de Tornero para manipular en su favor el ente público pero existe otra posibilidad y es que Moncloa no llamara a consultas al presidente del ente público para cuestionar su independencia sino para reclamarla porque RTVE, con Pérez Tornero, se había plegado a la corriente mayoritaria de los medios privados lanzando bulos y falsedades contra el gobierno.

Tomar entonces el control Moncloa, ¿para qué? No para manipular a su favor sino para evitar precisamente la manipulación o que el ente se convierta en correa de transmisión de esas corrientes mayoritarias dirigidas por la derecha contra el gobierno sin sacar la mano por la ventana para saber si realmente llueve.

Es por otra parte muy conocida -y más entre los profesionales- la rigurosa y obsesiva manipulación que ejerce el Partido Popular de los medios públicos cuando está en el gobierno, relegando a los pasillos a periodistas de la casa para contratar a otros afines al partido. Absolutamente vergonzosa fue la radio y televisión pública con Aznar o Rajoy y mucho más burda y descarada con Cospedal en Castilla-La Mancha. En esos casos no se trataba de buscar la verdad sino de modelar el pensamiento de los ciudadanos y aquí sí podía entenderse la expresión “tomar el control” en el sentido estricto de controlar su independencia y no de exigirla porque se trataba de todo lo contrario: exigir su dependencia del gobierno y no de la verdad. Cuando el PP gobierna, manipula con descaro los medios públicos pero cuando está en la oposición exige que se alineen con la corriente mayoritaria de sus medios privados.

El debate debe centrarse pues en que un medio público debe esforzarse en que prevalezca la verdad y no la corriente mayoritaria que marcan en España los medios de la derecha en manos de quienes mandan en el Partido Popular.

elObservadorDCLM