El presidente del sindicato de regantes del Trasvase Tajo-Segura felicita a García-Page por su buena gestión con el agua

El presidente del SCRATS, Lucas Jiménez, ha mostrado su socarronería dándonos un titular: “Enhorabuena a García-Page que ha hecho una excelente gestión política”. Un titular que en CLM es bien recibido, porque además de ser una “buena gestión” es una resolución de Justicia con el maltratado río Tajo.

Esto lo dice el presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura, después de haber colgado, el pasado 15 de marzo,  en la Puerta del Sol de Madrid, un cartel de 300 metros cuadrados exigiendo que no se toque el trasvase, ni siquiera para subir los caudales mínimos que han de mantener al río Tajo vivo, y que justifica porque “los recortes del Gobierno sólo están apoyados en decisiones políticas” olvidándose de las recomendaciones técnicas que exigen subir los caudales ecológicos y la sentencia judicial que impone esta decisión.

Y es que Castilla-La Mancha está cansada de los dardos envenenados que manda cíclicamente el presidente del SCRATS en lo que él llama “la defensa del Trasvase Tajo-Segura”.

Está cansada de que nos diga los miles de puestos de trabajo que peligran con la desaparición de esta infraestructura y de la cantidad de dinero que se pierde con la no venta de sus hortalizas, mientras silencia cuántas hectáreas de regadío siguen siendo ilegales en el Campo de Cartagena y siguen regando con agua del esquilmado río Tajo.

Castilla-La Mancha está cansada de las amenazas y de que no se respeten los caudales ecológicos. Está cansada de que se vacíen sus ríos y de que el Tajo sea una cloaca exterior que se pasea por toda la región.

Y sobre todo está cansada de los silencios. El presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura, Mario Urrea, ha manifestado que “el recorte de los nuevos planes de cuenca, de la cuenca del Segura, dejaría de recibir 105 hectómetros cúbicos de agua del trasvase Tajo-Segura”, porque a esto tendría que haber añadido que el recorte de los planes de cuenca obedece al aumento de los caudales ecológicos del Tajo, que a su vez responde a una sentencia dictada por el Tribunal Supremo.

Urrea añade que esto “supone una pérdida de 122 millones de euros y 5.000 empleos directos” porque, según su criterio, se perdería una superficie de regadío de 12 mil hectáreas.

Esto tiene varios matices. El más importante es que, cuando se dirigió el agua a Levante en el año 1979, los 5.000 empleos directos los perdió Castilla-La Mancha, lo que obligó a salir de sus hogares a muchos castellano-manchegos y este es el motivo por lo que ciertas zonas geográficas de esta región están gravemente heridas de un fenómeno social que se llama “despoblación”.

Además existe un segundo matiz: Murcia no perderá nunca una superficie de regadío de 12.000 hectáreas, porque nunca las tuvo. El desierto nunca es tierra de regadío salvo que se cometa una atrocidad llamada “trasvase Tajo-Segura” y por la misma razón Murcia nunca perderá 105 hectómetros cúbicos de agua, sino que dejará de ganarlos. Nunca perderá superficie de regadío sino que la tierra volverá a ser la que por naturaleza le corresponde.

P. Moratilla