Desecho de tienta o intentar ser mártir sin llegar a santo / Miguel NIETO

¡Qué poco sentido del humor! La señora Mari Carmen Martin, consejera por el PP en CMM, se me da por ofendida y proclama a los cuatro vientos que me llevara a los tribunales por decirle, incluyéndome, “desechó de tienta”. Se me pone mohína, acaso sonrojada, y digna, muy digna, porque le espeté lo que no le gusta escuchar,  que utiliza el consejo de administración de la tele regional para hacer méritos en su carrera política hacia no se sabe dónde.

Cuando el ego no admite el humor, ¡¡¡Houston tenemos un problema!!! A la señora Martín le acudió el olvido como al que le acude la migraña, y no le gusta digerir la medicina que aplicó mientras se lució de presidenta del Consejo, que le venteen su imagen bronca, faltona (amigo Patro recuerdas cuando te adjetivo de pelota sin venir a cuento) y marrullera. A la señora Martín no le gusta que le digan que vive de meritoria ante sus jefes políticos de Toledo (digo de Toledo porque en otros lares no tiene donde sembrar y que crezca; la conocen bien). A la señora Martín lo que le molesta es que le descubran su estrategia, que no es otra que armar bulla. Podría ser lisonjera pero no, ha escogido el lado ácido del verbo.

Y voy más allá, defiende el fuerte atacando a la directora general de la tele, Carmen Amores, una buena profesional donde las haya, olvidando las trapacerías de su amigo Nacho Villa, las canongías y el despiporre que aplicó a la tele durante cuatro años, que no hubo hotel ni restaurante con estrellas y tenedores que dejara de visitar con el dinero de todos.

La señora Martín lo sabe y quiere echar fango donde hay una labor pulcra, inmaculada y sobresaliente. Esta es la cuestión, cómo afear una gestión de 10 y ganarse complicidades en los consejos, lugar donde ensaya su teatro, su mentira, su pantomima.

Sí, le dije soberbia porque no hay ningún consejero que no lo crea. Le dije frustrada porque traslada a los consejos de la tele una bronca que no se entiende si no es porque quiere sacar nota. Y también dije lo de desecho de tienta porque mi sentido del humor me delata y no sé hablar sin buscar un titular, el mismo que la señora Martín ha traído en nota de prensa para afear mi conducta. Solo le ha faltado a la señora Martín decir que después del episodio ya no me junta, que me devuelve los cromos y que si te vi no me acuerdo.

Y por si no lo saben la señora Martín es la única presidenta que ha impedido que se debata en el Consejo el nombramiento de la directora general una vez que su partido perdió las elecciones. O sea, que ni admitían la derrota ni las consecuencias. ¿A esta actitud cómo le debemos llamar? ¿Acaso la definiría bien el término cacique?

Señora Martín, cómprese un euro de humor y verá lo bien que le sienta. Porque si usted me lleva a los tribunales por decir lo que dije (hay antecedentes y la carcajada del magistrado todavía resuena), el juez le puede objetar que hay que ser serios y que tontadas las justas, que están los juzgados llenos de trabajo y no hay lugar a las gilipolleces que se le ocurran. Eso sí, le pido una cosa, hágalo con sus dineros, rásquese el bolsillo y no sea tan ladina con los billetes de los ciudadanos. Así tal vez se lo piense. En cualquier caso, espero noticias.

Y ahora viene cuando le dije a la directora general que es una “ingenua de tomo y lomo”. Y tanto que lo es porque no se encontrará usted en el mundo mundial una profesional que dé más explicaciones que Carmen Amores. Y qué hace usted cuando se las da: las manipula, las retuerce, las tergiversa y pare un titular. 

Ingenua sí, lo repito, pero es que esa ingenuidad va cargada de capacidad, brillantez (mire las audiencias), conocimiento del medio y profesionalidad.

Si usted no tuviera ese sarpullido que tiene por montar bronca entendería la diferencia que hay entre los dos últimos directores generales de la tele. El anterior, un piernas en conocimiento del medio; la actual, una bendición para los que saben de esto, que no son otros que los ciudadanos.

Y que sepa que le admito que me llame pelota, que ni me enfado ni la voy a llevar a los tribunales. A estas alturas de mi profesión, salir indemne de la batalla política es tan imposible como pedirle humildad.

Dicho lo anterior, le reitero que se nos pasó el arroz y que no estamos usted y yo para debutar en ganadería de primera. Tómeme esto con humor y ríase conmigo, que no es para menos, como se rieron sus compañeros cuando lo dije.

Y no se incluya dentro del martirologio que lo de desecho de tienta aplicado a la política es muy explicativo. Lo único que siento de mi declaración es que no acoté a usted y a mi el término. Ahí, se lo admito, la pifié.

Miguel Nieto/Consejero de CMM a propuesta del Psoe y periodista