La huerta murciana, un negocio insostenible

Al menos como se ha mantenido hasta ahora, parece que la huerta murciana deberá mirar en adelante a las desaladoras para mantener un negocio insostenible si solo se basa en esquilmar el poco agua que no sobra ya en España. No estamos en contra de la huerta murciana, ni el turismo que acude a Levante, ni de sus campos de golf ya que todos ellos aportan un trabajo, una larga experiencia y también un beneficio. Cada cual tiene el derecho a defender el presente y el futuro de sus empresas.

Siempre, claro, que no basen su producción en acabar con el agua y en secar ríos que son patrimonio del Estado y deberían serlo de la humanidad. La vida del ser humano depende del agua y todo apunta a que vamos a sufrir graves problemas con la sequía, este extraño clima que hemos provocado con enorme insensatez y tremenda voracidad.

Lo que sí han demostrado hasta ahora los empresarios de Levante ha sido la enorme capacidad de influencia de un grupo de presión que ha logrado llevarse al huerto a la mayoría de los gobiernos del Estado que se han mostrado incapaces de poner límites y soluciones.

Desde Castilla-La Mancha hemos elevado nuestra preocupación primero y luego nuestra más encendida protesta cuando hemos comprobado que esa voracidad no ha encontrado límites hasta acabar con la vida del Tajo. Ni nuestras voces ni las de los gobiernos socialistas de Castilla-La Mancha han logrado parar un litro de agua trasvasada hasta que los enormes mares de Castilla, Entrepeñas y Buendía, se han convertido en una sombra de lodo.

elObservadorDCLM