Milei, el impresentable

Habría que preguntar a cuántos empresarios o políticos españoles que acudieron a la cita con el presidente argentino les gustaría que Milei estuviera al frente de su empresa o que emparentara con su familia. Lo único que une a ciertos políticos y empresarios españoles con Milei es que vino a España a insultar al presidente de nuestro gobierno o, lo que es peor, a su esposa. 

Nada es normal en Milei, nada tiene que ver con las tradiciones de la derecha española, con sus usos y costumbres, con su educación religiosa, con sus buenas conductas, aunque sean aparentes, su manera de comparecer ante un amigo o un auditorio, su conversación e incluso, en los peores momentos de arrebato o enconamiento, su adiestramiento para contener la ira porque saben que a la larga es mucho mejor sujetarse que estallar.

La derecha española, el empresariado español nunca han sido como Milei, un personaje así estaba en las antípodas de sus relaciones de todo tipo, más cerca de lo que en su selecto grupo consideraban un perro flauta o un hippie, un drogata o un alcohólico. Una especie de loco, de lo peor que podría cruzarse en sus vidas.

Puede que Milei, el impresentable, haya tenido una niñez complicada y quiera llamar la atención comportándose como un energúmeno. Eso lo ha conseguido. Puede que tenga la habilidad de apoyar a los más ricos, a la internacional sionista, que insulte a cualquier partido político que pretenda un reparto más equitativo de la riqueza, que trate de respetar los Derechos Humanos.

En todo caso, la evolución del ser humano, un avance digno, positivo, creativo, una sociedad adulta que ha tomado el relevo de tantos otros que lucharon por sobrevivir y por legar a sus hijos un futuro mejor, todo eso merece otros referentes.

Los intereses de los políticos de derecha española no pueden apoyarse en impresentables como Milei. No pueden caer tan bajo.

elObservadorDCLM