Feijóo negocia su investidura con "un prófugo de la justicia, un golpista, un delincuente"

Todos en el Partido Popular han lanzado perlas cultivadas en los últimos años contra Puigdemont y los apoyos de Junts a Pedro Sánchez. Entre ellos, el alcalde de Madrid, Martínez Almeida, dijo: "Puigdemont no puede ser la llave para la gobernabilidad para el futuro de España. Nos parece insultante naturalizar que uno pueda ser presidente del Gobierno apoyándose en un prófugo de la justicia, un golpista, un delincuente".

Si Feijóo consigue sumar los votos suficientes para ser elegido presidente del Gobierno, el apoyo de Puigdemont al PP se convertirá en un episodio de plena normalidad democrática y ni siquiera Vox osará recordar su propuesta de ilegalizar a los partidos independentistas. Tampoco Feijóo ni su derecha mediática volverán a repetir ahora que Puigdemont es el prófugo que quiere romper España, el ser más indeseable con el pacta un Pedro Sánchez sin escrúpulos para mantener el poder a toda costa.

Los vascos le han vuelto la espalda. Los socialistas de Castilla-La Mancha consideran una desvergüenza que el PP haya planteado sumar los votos de cuatro de sus diputados en el Congreso, mucho más después de la campaña electoral del PP en la región con bulos, mentiras y autobuses con frases para olvidar. Ahora, Feijóo se ha decidido a dialogar con el partido de Puigdemont, aunque la estrategia de cara a la galería es asegurar que están hablando con Junts para que los independentistas catalanes apoyen la investidura de Feijóo. Si es Sánchez quien consigue el apoyo, es que ha pactado con el separatista Puigdemont; si es el PP, ya no estará en peligro la unidad de la patria, porque han conseguido el apoyo de un partido que está dentro de la Constitución, aunque su socio principal, el Vox de Abascal, haya propuesto expulsarle de la legalidad y aplicar en Cataluña un 155 permanente.

No es la primera vez que esto sucede. Siempre que un líder del PP, Aznar o Rajoy, necesitaron el apoyo, con contraprestaciones, de catalanes o vascos, se vendió como un hecho de plena normalidad democrática, se corrió un estúpido velo y se olvidó muy pronto. Se firmaron los acuerdos y no se montó ningún escándalo ni por parte de los medios, ni de los políticos que ponen el alma en el cielo cuando nacionalistas o separatistas apoyan a un candidato socialista. Luego, el PP llegó al gobierno de España y siguió con su política de destruir el edificio público, sanidad, educación y servicios sociales: ahora sería mucho peor que, ya que un débil Feijóo debe ceder ante Vox otras conquistas evidentes como los derechos de las mujeres a no ser maltratadas. El líder del PP pretende llegar al gobierno con el apoyo de Puigdemont y que olvidemos también las mentiras que soltó en la cara de todos los españoles durante la campaña electoral en temas tan relevantes como las pensiones y luego sobre los tres sueldos que percibe como senador, como líder del PP y como presidente del Grupo Parlamentario del Senado, una retribución oculta a los españoles hasta que se ha filtrado.

Feijóo necesita cuatro votos a favor o la abstención de Junts y han confesado sin rubor que ya están negociando con el partido de Puigdemont para conseguirlo.

Se olvidaría así también cuando Feijóo era presidente de Galicia y aseguró que Puigdemont era “probablemente el político más irresponsable que ha tenido la historia democrática de España”.

Pactar con irresponsables es algo que solo puede permitirse el PP, que lo hace de forma permanente y habitual con Vox, aunque, de vez en cuando, jueguen e un infantil paripé de ser dos partidos diferentes: Abascal se rinde y se postra ante el PP siempre que lo necesita porque está ahí para servirle.

elObservadorDCLM