¿Qué decimos mañana contra Page?

Cuando Cospedal reinaba en Castilla-La Mancha, su televisión regional generaba obigatoriamente al menos tres noticias diarias contra el Ayuntamiento de Toledo y su alcalde, el actual presidente de la Junta, Emiliano García-Page. Lo mismo hacía la televisión pública con otras instituciones que entonces estaban en manos de la oposición. 

Esta manipulación informativa durante todo el gobierno del PP llegó a parecer un tanto ridícula, en parte porque no siempre se encuentran los argumentos, el estado místico o la inspiración necesaria para inventar cada día críticas creíbles y en parte porque cuando hay algo realmente criticable, ya nadie lo cree o le presta muy poca atención.

Sin embargo, ese modelo político, que dio unos resultados tan poco prácticos, es el mismo y, al parecer, tan adictivo que se ha convertido en la única oposición que lleva utilizando el PP contra el gobierno de España y el de Castilla-La Mancha en los últimos años o, más concretamente, desde que perdió el gobierno. Como resulta imposible lanzar cada día una batería de críticas fundamentadas en hechos reales, se dedican a inventar, a repetir argumentos consabidos, bulos y medias verdades o mentiras absolutas. 

De nada parece servir que les muestren los datos reales que contradicen sus afirmaciones o que les recuerden que ellos mismos lo hicieron de verdad cuando gobernaron, siguen erre que erre, preguntándose cada noche: ¿qué decimos mañana contra Page? 

Se trata de un reto tan irreal y tan constante como para volverse locos rebuscando o nadando en un mar de dudas y contradicciones: ¿esto ya lo dijimos la semana pasada?, ¿nos van a contestar con las cifras reales?, ¿no es esto que criticamos lo que hicimos nosotros? Eso es lo de menos.

Tal vez esta política de acoso y derribo a la desesperada requiera a veces de algún contacto con la realidad, incluso pararse a pensar si no resultaría mejor para la región y para el propio partido apoyar lo razonable y criticar las medidas que no concuerdan con su ideología. A no ser que su ideología sea que nada concuerde o que la escondan para sacarla a relucir solo cuando llegan al poder y ponen en práctica la política que esconden cuando están en la oposición: subir los impuestos, pactar con los que dividen España, subir el paro, triplicar la deuda o echar a miles de sanitarios. 

elObservadorDCLM