Audios Cospedal-Villarejo: llueve sobre mojado, pero es una lluvia ya demasiado ácida

Casi cincuenta años después, al Partido Popular le cuesta renunciar a los privilegios del “usted no sabe quién soy yo”. Castilla-La Mancha se convirtió con el gobierno del PP en el laboratorio del exceso del aprovechamiento de lo público en beneficio de intereses privados, amigos, familiares, empresas, y no dudaron en utilizar a las cloacas del Estado para tapar lo que hiciera falta, incluso para “laminar” a los encargados de dirigir las tramas, la recepción de dinero negro de empresarios receptores de obra pública, repartir sobres o esconder grandes sumas en paraísos fiscales. No hay que olvidar nunca la sentencia de la Audiencia Nacional, en mayo de 2018 que determinó: “la existencia, desde la fundación del partido en 1989, de una estructura de contabilidad y financiación ilegal en las finanzas del PP, que se desarrollaba en paralelo a lo que el propio partido informaba oficialmente” y que “el PP ayudó a establecer un sistema genuino y efectivo de corrupción institucional a través de la manipulación de la contratación pública central, autonómica y local”.

Es verdad que llueve sobre mojado con la publicación de los audios entre Villarejo y Cospedal, pero se trata de una lluvia ya demasiado ácida para concluir que el Partido Popular lleva desde su creación actuando como si fuera un partido político democrático, pero con un comportamiento real dirigido a saquear el dinero público sin pudor, sin límites y, lo que es casi peor, sin que la sociedad responda en la medida del descarado agravio de unos pocos contra todos.

A ello colabora un entramado de manipulación y silencio por parte de numerosos medios de comunicación y las sospechas que se centran en la negativa del PP en renovar los máximos órganos de la Justicia incumpliendo con el mismo impudor la Constitución desde hace más de tres años. Nada nuevo sobre el tema ha dicho Núñez Feijóo quien se desmarca de las grabaciones y asegura que confía en la justicia. Mucho más confiaríamos todos si al fin se decide a cumplir la ley y a renovar los órganos del Consejo General del Poder Judicial.

Junto a aquel usted no sabe quién soy yo, siempre estuvo el todo está bien atado, aunque la lluvia se haya convertido ya en una vergonzosa tormenta que hace agua por todas partes.

Laminar a Bárcenas, laminar la sanidad pública, hacer negocio colocando a Castilla-La Mancha un cementerio nuclear, laminar Fenavin, ir dopados a las campañas electorales, participar en tramas corruptas y en tramas para tapar las tramas corruptas. Inolvidable aquel lapsus de la presidenta del PP cuando dijo textualmente que había venido “a saquear a España” y, dos días más tarde, para confirmar el lapsus dijo que había hecho una política “para saquear a Castilla-La Mancha”. Y, para colmo, interpretar el papel de moralidad, dedicar el resto de sus esfuerzos a pedir que se rebajen los impuestos a los ciudadanos que el PP sube cuando gobierna, a exigir un buen comportamiento de los otros partidos y a intentar por todos los medios derribar al gobierno para recuperar el poder y volver a laminar a quien se ponga por delante aunque se trate de su propio tesorero.

La historia, por ahora, interminable.

elObservadorDCLM