La reunificación

La cuestión es si estaba todo planificado o el guion se ha ido adaptando a la realidad con el paso del tiempo. Todo empezó con la demoledora sentencia de la Audiencia Nacional de mayo de 2018, que, como resultado de las investigaciones del Caso Gürtel, demostró “la existencia, desde la fundación del Partido Popular en 1989, de una estructura de contabilidad y financiación ilegal que desarrollaba en paralelo a lo que el propio partido informaba oficialmente”. La Audiencia Nacional continuaba argumentando en su sentencia que el PP ayudó a establecer “un sistema genuino y efectivo de corrupción institucional, a través de la manipulación de la contratación pública central, autonómica y local”.

Esta sentencia y la consiguiente moción de censura acabaron con el gobierno del PP presidido por Mariano Rajoy. 

Nada más llegar Pedro Sánchez a la Moncloa se puso en marcha una frenética y poderosa maquinaria para intentar derribar como fuera y cuanto antes al gobierno socialista y conseguir el retorno al poder a ese partido que había establecido durante más de 30 años ese sistema genuino y efectivo de corrupción en las instituciones. 

Ante el posible desánimo de votantes del PP por la corrupción de su partido, la primera operación fue diversificar el entramado de la derecha con la creación de Ciudadanos y Vox que en apariencia eran partidos distintos pero que en realidad servirían para entregar gobiernos al PP sumando escaños tanto en las autonomías como en el gobierno del Estado. La estrategia funcionó en regiones como Madrid o Andalucía y más recientemente en Castilla y León.

Pablo Casado resultaba útil como un líder de transición que intentaba deteriorar junto a sus socios de Cs y Vox la imagen del gobierno de Sánchez, utilizando sin pudor las peores crisis como la pandemia, pero parecía incapaz de llegar a La Moncloa sumando los escaños de los tres partidos. 

Resulta demasiado obvio que a los ilustres creadores de la trama les urge llegar al poder cuanto antes por razones que también deben ser poderosas y barajaron dos opciones, primero Ayuso y finalmente Feijóo. 

Había llegado el momento de la reunificación de los tres partidos que en realidad era el mismo PP de siempre, ahora con la intención de alcanzar de nuevo el poder con mayoría absoluta o con el apoyo de Vox. 

elObservadorDCLM