Malditos bulos

Los bulos que se lanzan para ensuciar la imagen de una persona son deleznables, pero peor aún son aquellos que los utilizan y encienden el ventilador, sabiendo que son mentira. Normalmente no son ajenos, el medio de comunicación que los lanza y el partido político que los utiliza van de la mano. 

El último ha llegado de Libertad Digital: “A García-Page le estalla un caso de corrupción que podría duplicar el dinero malversado en los ERE”. 

El propio gobierno regional, el propio presidente han explicado la verdad de esta calumnia que algo queda. Se trataba de una querella sobre supuestos delitos de malversación de fondos europeos en la compra de derechos de agua en el Alto Guadiana, fondos gestionados por la Confederación Hidrográfica del Guadiana y la Junta de Castilla-La Mancha. La querella fue presentada el 31 de diciembre pasado por la Comunidad de Usuarios de Aguas Subterráneas Rus-Valdelobos, con sede en San Clemente, en Cuenca. En ella, acusaban a la Junta de fraude por lo que entendían una malversación de más de 1.200 millones de euros. 

Los Servicios Jurídicos del gobierno regional informaron el 8 de este mes de marzo que los tribunales no habían siquiera admitido a trámite, fue desestimada.

Estamos en precampaña electoral y algunos rebuscan para destruir la imagen del contrario. La publicación del bulo ha dado paso a las denuncias del Partido Popular como era de esperar.

Muchos de los bulos coinciden en el tiempo con noticias reales. Se lanzan para tapar asuntos reales de corrupción. El bulo lanzado contra la Junta coincide en este caso con el inicio de los trabajos de la Comisión de Investigación en el Congreso sobre la “brigada patriótica” del gobierno de Rajoy donde se pide la comparecencia de Cospedal. En este caso ha quedado probado que el gobierno utilizó a la policía de todos los españoles para tratar de robar documentos en manos de Luis Bárcenas sobre la financiación ilegal del Partido Popular. El principal encausado es el ministro del Interior con Rajoy, Jorge Fernández Díaz.

Un bulo no puede tapar una verdad, pero incita en la creencia de que “todos son iguales”, algo que es interesado y absolutamente falso.

elObservadorDCLM