Raúl Luis: "Gregorio Prieto nunca se adscribió de forma unívoca a ningún movimiento"

Este lunes, 9 de enero, se inaugura la nueva etapa del Museo Gregorio Prieto, que ha vivido una “rotunda actualización” de su sede y de sus contenidos. Con este motivo, hemos querido hablar con el director del complejo museístico, Raúl Luis, sobre la figura del artista de Valdepeñas. Se trató de uno de los vanguardistas españoles más internacionales. Pintor, fotógrafo y dibujante, fue el ejemplo de artista total que reivindicaban las vanguardias. Formó parte activa de la Generación artística del 27 y fue su más destacado representante pictórico. Paralelamente, vivió y creó en el universo de las vanguardias internacionales desde su etapa formativa en París. Por ello, queremos acercarnos a la figura de este creador mediante esta conversación.

¿Qué impacto tuvo la obra de Gregorio Prieto en la pintura de su momento?

La obra de Gregorio Prieto destacó desde sus comienzos, enseguida, por su gran dominio técnico, sobre todo de la línea, y por un empleo personal del color. Sus continuos viajes y estancias en el extranjero contribuyeron a su fama de pintor moderno, atento a las vanguardias europeas, pero siempre filtradas por el aspecto personal que antes mencionaba.

Prieto tuvo la oportunidad de conocer y retratar a los intelectuales más relevantes de su época. Entre ellos, Rafael Alberti y Federico García Lorca. ¿Cómo fue la relación entre ellos? ¿Cómo impactaron en el creador de Valdepeñas?

La relación con las figuras de la Generación del 27 fue muy intensa. Íntima y duradera en el tiempo con Vicente Aleixandre, Rosa Chacel, Carmen Conde, Rafael Alberti y Concha Méndez; y breve e intensa con Federico García Lorca, Maruja Mallo, María Zambrano y Luis Cernuda, con quien compartió piso en Londres. Esta amistad surgió y se mantuvo porque los postulados estéticos eran similares, aunque cada uno en su disciplina y tamizado por su personalidad. Todos ellos supieron recrear la tradición desde el prisma de las poéticas modernas.

Este pintor tuvo la oportunidad de vivir en París, Roma o Londres. ¿Cómo afectó esta trayectoria en su obra?

Gregorio nunca se adscribió de forma unívoca a ningún movimiento. En París conoció a través de Picasso el cubismo, mientras que el geometrismo lo hizo de la mano de Cezanne. Al surrealismo llegó gracias a Dalí y Chicharro, con quien realizará las innovadoras fotografías de 1930 en Roma; la metafísica de De Chirico; o el fauvismo de Benjamín Palencia. Prieto incorpora todos estos elementos en sus distintas etapas, pero mantiene su gusto por el color y la línea. Siempre fiel a su concepto de belleza.

¿Cómo fue su vinculación con Valdepeñas?

Gregorio nació y murió en Valdepeñas, pero vivió gran parte de su vida fuera. Pese a ello, en todas esas etapas que he comentado, excepto aquella que corresponde al exilio londinense, viajó y expuso en Valdepeñas siempre que tuvo ocasión. Muestra de ello es el regalo al Ayuntamiento del molino y los terrenos que hoy configuran el Museo de los Molinos de Gregorio Prieto, así como de la donación por parte de Prieto de 400 obras aproximadamente. Y a todo ello hay que sumar su propio museo, gestionado por la Fundación sin ánimo de lucro que lleva su nombre, creada por él mismo en 1968 y que gestiona de forma autónoma todos los fondos y actividades complejo museístico.

El lunes, 9 de enero, se inaugura la actualización de la sede y el contenido del Museo Gregorio Prieto. ¿Cómo se puede seguir fomentando la memoria de este artista desde la Fundación que lleva su nombre?

El Museo Gregorio Prieto, con la actualización que ha supuesto esta reforma que inauguramos, se posiciona como el museo de bellas artes de titularidad privada más relevante de la comunidad de Castilla-La Mancha y uno de los más importantes de España por tamaño (2.000 metros cuadros) y número de obras (supera las 5.000). Varias son las vías que se abren desde esta nueva actitud museística, que pretende acercarse a todos los ámbitos sociales para inculcar no sólo el amor por la obra de Gregorio, sino en general por el arte. Como fundación cultural, es nuestra obligación participar en la formación y sensibilización de nuestro entorno, de nuestra ciudad de Valdepeñas y en general de toda la sociedad. Redes sociales, conciertos, conferencias y actividades de gamificación serán los pasos futuros que se abordarán desde el museo con la máxima ilusión.