Solman cumple 25 años

La locura de cambiar el mundo, título central del texto en el que 34 autores nos aseguran que no son los cuerdos los que subvertirán el orden, sino los que, a la utopía y a la locura, le llaman justicia. Solo desde el amor y la pasión cobra sentido la locura, justo los ingredientes que componen el libro, que, con motivo de los 25 años de SOLMAN, hemos presentado a nuestra sociedad como el resultado de muchas experiencias, reflexiones, aciertos y errores de esta ya prolongada etapa. Aunque, realmente no se trata de mirar al pasado, sino más bien, afrontar el futuro con ese bagaje que nos acompaña.

Los temas abordados en el libro nos ofrecen una visión global de los principales problemas que tiene planteados la humanidad: el hambre, la pobreza, la desigualdad, los derechos humanos, el deterioro medioambiental, la educación, la infancia, la mujer, la cooperación al desarrollo, los inmigrantes, los refugiados, las guerras, las armas, las políticas de corto alcance, el ansia de poder, la usura, el consumo o el derroche y el individualismo. En realidad, son temas que a todos nos preocupan e inquietan, porque, en definitiva, se nos presentan cada día como la barrera que nos impide conseguir nuestra cuota de felicidad.

Consideramos que el desarrollo solo puede fructificar y crecer en un ambiente de democracia y libertad y, por lo mismo, la cooperación debe ir orientada a romper todas las dependencias, motivo por el que SOLMAN apostó por un trabajo en red, contando con la colaboración con la Universidad de Castilla La Mancha y, en particular, con la Fundación General a través de su programa de jóvenes universitarios y con el de la Diputación Provincial de Ciudad Real. También, en otros momentos, con el ya extinguido de la Junta de Comunidades. Tener una experiencia directa en Cooperación Internacional configura un antes y un después en los que, desde una educación crítica, se enfrentan a la realidad.

Invitamos a nuestra sociedad a vencer el miedo al diferente con la responsabilidad de ser libres y fieles a nosotros mismos y a dar la respuesta que debemos a tantos millones de seres humanos, que sufren las consecuencias de nuestro sistema económico: la violencia del hambre, de la desigualdad, del terror de las guerras, del exilio, de las fronteras, de la desertización del planeta…

Los derechos humanos son conculcados en todos los países del mundo. La política no está al servicio de los pueblos, la justicia no es igual para todos, no todos tenemos las mismas oportunidades en la vida, los débiles son cada vez más débiles y los poderosos son cada vez menos, pero con más poder y riquezas.

Los vaivenes económicos, sociales y políticos de estas últimas décadas, que han centrado la economía en su vector financiero, basado a su vez, en la pura especulación con su estela corrupta, justificando y promoviendo guerras, fabricando armas, desestabilizando países y regiones, desembocaron en una crisis-estafa con consecuencias terribles para los trabajadores y los sectores más vulnerables de la sociedad y, no digamos para los países empobrecidos del Sur. En España se recortó la partida de Cooperación al Desarrollo en un 78 % y en Castilla La Mancha siempre existirá un quinquenio (2011-2015) que será de triste memoria para la cooperación al desarrollo, se recortó un 96'6 % del presupuesto que se venía dedicando a dicho fin. En muchos de los municipios, incluso en algunos muy “frienlys” con políticos de “alto nivel”, también desapareció la partida de cooperación.

Y procuramos mantener una puerta abierta a la esperanza. Nuestro trabajo durante estos 25 años, que lo podemos resumir en acompañar a muchas comunidades de países empobrecidos en su tarea diaria de sobrevivir y buscar soluciones para generar un desarrollo sostenible,  no ha resuelto los grandes problemas que apuntamos, pero sí ha servido para aliviar muchos sufrimientos personales, familiares y de pequeñas comunidades. Es un referente de superación para comunidades próximas, ha servido para despertar y fomentar muchas iniciativas y capacidades locales, muchos jóvenes han podido atisbar y emprender un futuro más prometedor gracias al apoyo recibido a través de nuestro programa de becas universitarias y de formación profesional. En muchos casos se han sentado bases para el desarrollo, lo cual permite intuir y afrontar un porvenir más esperanzador.

También esa red generada aquí, trabajada como un encaje de bolillos calatravo, genera fuerza, resistencia y simpatía de complicidad con este menester.