Pedro Sánchez debe informar y consultar a García-Page sobre sus negociaciones para formar gobierno

A finales de septiembre de 2017, Emiliano García-Page revalidó con una abrumadora mayoría el liderazgo del PSOE en Castilla-La Mancha. Fue el líder regional más votado por la militancia en las primarias donde llegaba avalado por su victoria en las urnas contra Dolores de Cospedal. Devolvió al PSOE la presidencia de la una región que había sido maltratada por la líder del PP.

Desde entonces García-Page tuvo que administrar momentos difíciles como la negativa de Podemos a apoyar los presupuestos y, tras superar la crisis, siguió levantando el edificio social que había tratado de derribar Cospedal en nuestra tierra. Continuó aplicando políticas pioneras en defensa de las mujeres y de otros colectivos más desfavorecidos, que luego han copiado otros territorios. Reabrió centros de salud cerrados por Cospedal y reinició las obras de los hospitales públicos que había paralizado la anterior presidenta.

Su trabajo político es incuestionable y le avala como uno de los principales líderes socialistas de España.

Durante el largo y complicado proceso de la formación de gobierno tras las elecciones generales, Page ha apoyado la formación de un gobierno de progreso sin que se superen en ningún caso los límites que plantea la Constitución. Al tiempo, ha destacado que los partidos nacionalistas no deben obtener un rendimiento mayor para sus territorios que el de otras regiones, como ya ha sucedido en anteriores ocasiones a cambio de su apoyo a la investidura. Parecen dos pretensiones lógicas.

Es verdad que Pedro Sánchez ha debido estos últimos meses superar un aluvión de presiones que tratan de impedir la formación de un gobierno de progreso. También es cierto que la derecha se ha negado desde el primer momento a abstenerse como lo hizo el PSOE con Mariano Rajoy. La única vía que han dejado PP y Ciudadanos ha sido el acuerdo con Podemos y otras formaciones nacionalistas o...las terceras elecciones.

Esa presión hacia Sánchez no le exime de una obligación dentro del partido: la de mantener informados y consultar en todo momento, en todas sus negociaciones a líderes como Emiliano García-Page a quien ahora debe explicar dónde llega el acuerdo con ERC para conseguir a cambio su abstención en la investidura.

La confianza y la colaboración entre líderes y militancia debe ser absoluta en un partido como el PSOE.
Page tiene el derecho a ser informado del alcance de la ‘consulta’ acordada en Cataluña y dentro de qué límites va a producirse.

En ningún caso Pedro Sánchez puede ningunear a líderes tan relevantes de su propio partido político como Emiliano García-Page.

elObservadorDCLM