Rafa Nadal y la ensaladera de las emociones

Es posible demostrar una enorme potencia mental, ser una roca prácticamente imposible de quebrar y al mismo tiempo llorar lágrimas de emoción con tus compañeros de equipo mientras levantas la ensaladera de plata. 

Es el gran Rafa Nadal un ejemplo de muchas virtudes: fortaleza, seguridad, equilibrio, honradez, tesón y, humildad. Ese que salta como un niño terminará el año como número uno del mundo y es el principal artífice del triunfo de España en la Copa Davis. Nunca le hemos visto jactarse de sus éxitos ni le hemos escuchado hablar mal de un rival. Un encordador me contó que de pequeño se enfadaba cuando fallaba un golpe o perdía un juego; también tiraba la raqueta. Su tío Toni le dijo, la próxima vez que la tires, te vas de la pista. Rafa estaba jugando un partido, ganaba pero cometió un error, se enfadó, tiró la raqueta al suelo, miró a su tío, se dirigió al árbitro y le dijo que abandonaba el partido. 

Aquella fue la última vez. Aprendió que uno de tus peores enemigos en un partido de tenis puedes ser tu mismo si pierdes la cabeza, que la precisión requiere calma y que siempre es posible la remontada si no te abandona el ánimo, la fortaleza y la confianza.

Se dice que en una pista de tenis se conoce muy pronto la verdadera forma de ser del contrario, si se es honesto la propia y Rafa reúne las mejores cualidades técnicas y mentales que puede atesorar un tenista.

El tenis es una pequeña ensaladera de la vida.

elObservadorDCLM