Días para el desacuerdo

No es fácil estos días ponerse de acuerdo, ni con conocidos, ni con familiares. Quien se pierde por delicadeza se acerca a temas como la exhumación, el procés o el 10N con todas las prevenciones aunque es muy sencillo saber de qué lado está el otro o la otra y, si se quiere, se puede intentar actuar con cautela: casi basta mirar su cara. Los argumentos suelen resultar tan parecidos que muy pronto se detecta si el otro piensa que debe actuarse con prevención y a largo plazo o enviar ya al ejército para librar una guerra. No es muy difícil tampoco saber si es de los que opina que no había motivo para remover los huesos y no sirve hacer bromas como hablar de los huesillos de santo o enseñarles ese wasap tan gracioso en el que se pide al forense que confirme si Franco tenía el culo blanco. No estamos para bromas cuando decimos que el coletas no se va a bajar de la burra de la coalición pero los de Unidas detestarían un gobierno de Sánchez con PP o Ciudadanos. También son detectables los abstencionistas y los de las derechas que culpan a Sánchez de no haber formado gobierno cuando establecieron su ferreo cordón y siempre se supo que las nuevas elecciones beneficiarían al PP. No está el horno para dialogar ni en el bar, ni en familia y mucho menos para que el otro o la otra te den ocasionalmente la razón, pues mira ahora que lo dices he cambiado de opinión. Eso, nunca. Y luego nos quejamos de que los políticos no se ponen de acuerdo.

elObservadorDCLM