"Ir de cañas ¿por España o con Rivera? / SARA

Llevo tomando cañas toda mi vida, cuando lo he creído conveniente y con quien he considerado necesario. Sin importar si pagas tu o pago yo, porque el caso era estar un ratito agradable con "mi gente", sin horarios y sin sitio determinado, a lo sumo una ronda en varios lugares diferentes, por aquello de dar de comer a todos los vecinos del barrio.  

Desde que Vox lo puso de moda, ya no me gustan tanto. De hecho ahora no tomo cañas. Ahora tomo botellín en vaso, porque beber "a morro" no es higiénico y te hace parecer "ordinaria" (que diría mi madre). El caso es que ahora cuando se sale de cañas, una tiene miedo de encontrarse con Abascal, Ortega Smith, Arrimadas o Rivera, porque aunque digan que son partidos diferentes, en realidad se llevan poco, sobre todo a la hora de tomar cañas. Los de Vox "por España" y los naranjas "Con Rivera". Tal vez por aquello del protagonismo del líder de Ciudadanos, aunque ambos son ególatras, probablemente el catalán quiere dar la nota, un poquito más, como siempre. 

Hasta ahora "Ir de cañas" era encontrarse con los amigos y disfrutar tras haber especulado sobre "quien paga las cañas “o "apostarnos unas cañas". Ahora hasta las cañas se han politizado. Durante toda la vida las cañas se tomaron con políticos y sin ellos, como forma de cerrar un acto de campaña o durante la misma incluso a veces se tomaban al propiciarse un encuentro fortuito entre amigos, que eran entre iguales, de tú a tú.  Ahora "las cañas" entran dentro de las campañas electorales y están perdiendo su espíritu libertario porque, en este caso  no vas a tomarte las cañas a debatir y dialogar, sino que se impone el que algunos partidos convocan un "ir de cañas" para soltar un mitin dentro de un bar o en la terraza de un pub con el objeto de hacerte las fotos de rigor con el móvil para subirlas a las redes sociales, que mola mucho y de paso le haces publicidad electoral al candidato.  

Pero ¿Quién paga realmente las cañas? ¿El partido? ¿Los ciudadanos? porque si hay algo que tiene su misterio en confianza o en política es saber quién paga las cañas.  Si es el candidato no deja de ser una forma indirecta de comprarte el voto. Si es el votante, es una manera de comprobar que el candidato es un "gorrón" o al menos eso se habría dicho de él en confianza, como se suele hacer con el que bebe y no paga. 

A veces, he tenido compañeros en el trabajo con los que no me llevaba del todo bien. No obstante la relación era políticamente correcta. Cuando me preguntaban ¿te vienes de cañas? siempre dije NO. Ante la perplejidad venía la inevitable pregunta ¿Por qué? y la respuesta siempre era algo que me dejaba más ancha que larga: "Trabajar... trabajo con quien me tocó en suerte, pero las "cañas" me las tomo con quien me da la gana". Desde luego jamás lo haría para escuchar un mitin, porque es muy importante escuchar las propuestas de los líderes políticos para que no nos den “gato por liebre”. Pero fundamentalmente  porque para mí "tomar cañas con los amigos" es sagrado y en política… no hay amigos.

SARA