Toledo se engalana para uno de los jueves en los que más luce el sol

La frase de las abuelas en estos días, siempre fue aquella de "Tres jueves tiene el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión". Pues bien, uno de esos jueves es el que  tenemos en el horizonte de esta semana. 

Son muchos los lugares que el próximo jueves engalanarán sus calles, con flores, toldos, romero y hierbabuena. Procesionarán los pequeños que hicieron la comunión el pasado año y una larga lista de cofradías y hermandades, en todo el conjunto del territorio español. Con reconocimiento como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, está la celebración del Corpus Cristi en la localidad de Berga (Barcelona).  Con Interés Turístico Internacional tan solo hay dos, la celebración de Toledo y la de Ponteareas en Pontevedra que destaca por la elaboración de alfombras florales de gran tamaño. Este año ambas ciudades unidas en Toledo, junto con el gremio de floristas y el apoyo de diferentes escuelas florales de España.  

Son 6.500 tallos de rosas, 3.000 plantas, 160 colgaduras con 10 diseños diferentes y más de 4.000 metros de guirnalda, con predominio del color rojo carmesí, las que se mueven en estos días entre las manos de más de 100 floristas. 

Todo preparado para celebrar una vez más el Corpus en la capital regional, algo que se viene haciendo desde 1.280, aunque la primera procesión data de 1.426. Quedan por tanto tan solo unas horas, para que la Custodia de Arfe cruce de nuevo la Puerta Llana de la Catedral primada de Toledo y discurra por sus engalanadas y entoldadas calles, atravesando una preciosa lluvia de pétalos de rosa, que forman parte de una vistosa decoración efímera. 

Faroles, reposteros, guirnaldas y flores dibujan el recorrido primero de gigantes, gigantillos y por supuesto de la "tarasca", para configurar un solemne escenario en la procesión del día después cuando la custodia abandona la catedral para ser admirada bajo la luz del sol por cuantos curiosos acudan al evento, para ver transformado todo su recorrido con el clamor popular, religioso y tradicional de la ciudad de Toledo.

LA TARASCA

Ese ser mítico, extraño y excéntrico tan típico del corpus toledano que se pasea por las calles de su casco histórico el día anterior al de la procesión acompañado por los gigantones y gigantillos. 

La llamada "bestia del Apocalipsis" lleva en su lomo una dama, a la que llaman Ana Bolena. Toda una leyenda de este ser monstruoso que dicen habitaba en La Provenza francesa, del que nadie sabe cómo ni cuándo llegó a hasta Toledo con su cuerpo de galápago, alas de vampiro y cabeza de serpiente, para divertir a los adultos y asustar a los más pequeños. 

LA PROCESIÓN

Los primeros y a caballo el Piquete de la Guardia Civil y los Timbaleros del Ayuntamiento, seguidos de la Banda de Gala de la Guardia Civil y el Pertiguero, ataviado con peluca y capa de seda blanca que abre el desfile golpeando el suelo con su vara de plata del siglo XVIII, obra del platero Biosca. 

Detrás la Cruz Procesional de la Catedral, regalo de Alfonso V de Portugal al Arzobispo de Toledo como agradecimiento por su hospitalidad en el tiempo que duró su destierro en 1.510, y tras ella la Cofradía del Gremio de Hortelanos, único gremio que perdura desde la Edad Media, con su corona de hortalizas. 

Tras el Gremio de Hortelanos, la ciudad de Toledo queda representada en su totalidad a través de las  Hermandades, Cofradías, Parroquias, Órdenes, Caballeros y Damas, Seminario, Clero, Acólitos, Cabildo primado, hasta llegar a la Custodia de Arfe. 

LA CUSTODIA DE ARFE

Protagonista principal de la procesión, ha sido definida como una de las mayores joyas de la cristiandad. Más de dos metros de oro y plata que superan los 200 kilos de peso y que en realidad no es una, sino dos. 

Una pequeña, llamada de mano, de estilo gótico, mandada tallar por Isabel La Católica en el siglo XV, para la que se utilizaron 17 kilos del primer oro traído por Cristóbal Colón de América. 

Fallecida la reina, el Cardenal Cisneros la compró y la regaló a la Catedral de Toledo, pero antes encargó al joyero alemán Enrique Arfe otra custodia para realzar y alojar la de inferior tamaño. Arfe tardó 10 años en crear una obra de arte perteneciente al gótico-flamígero que contiene 260 estatuillas, 5.600 piezas y 12.500 tornillos. Montada sobre una peana de plata y bronce con 4 ángeles en las esquinas, creada en el siglo XVIII. 

Todo el conjunto va montado sobre una carroza también del siglo XVIII y escoltada por los cadetes de la Academia de Infantería. 

Han sido 5 veces las que la Custodia de Arfe se ha ausentado de Toledo. En 1.808 por miedo a las tropas francesas se desplazó hasta Cádiz. El mismo lugar al que fue llevada en 1936 durante la Guerra Civil. En 1952 viajó a Barcelona para un Congreso Internacional Eucarístico. Visitó Sevilla en 1992 durante la Expo y conoció Madrid en 2011 durante unas jornadas mundiales de la Juventud. El resto del tiempo la Custodia ha amanecido en la ciudad de Toledo desde hace más de 500 años. 

Tras la Custodia continua la procesión con el Arzobispo, las autoridades civiles y militares, representantes del Ayuntamiento de Toledo, la Diputación Provincial, la Universidad de Castilla-La Mancha y cierra la comitiva la Academia de Infantería. 

Todo un entramado de historia y tradiciones que han sabido mantener los toledanos y para los que la ciudad se engalana un año más en uno de los tres jueves en los que luce más el sol.

P. Moratilla